Ejemplos con retraído

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En La vida de Pontormo de Vasari, lo representa retraído y excesivamente neurótico, mientras que en el centro de los artistas y de los mecenas en su vida, hace una fina introducción a la vida artística del siglo XVI.
A consecuencia de ello, Gaara se volvió retraído, silencioso y consumido por el odio que sentía hacia todo el mundo.
Una faceta fundamental de su carácter era su carácter retraído y su extrema timidez.
Debido a que su habitación se encuentra en la buhardilla de su casa, y a que no tiene una buena relación con sus progenitores, François pasa la mayor parte del día solo, lo que acentúa su carácter profundamente retraído.
El separador deberá apoyarse sobre el hueso y no sobre los pliegues del colgajo retraído porque pueden producir un decúbito y complicar el posoperatorio y la cicatrización.
Había cuatro armazones principales, cada uno de ellos con una gran rueda, con las posiciones extendido y retraído casi fijas, guardándose casi completamente extendido, en una góndola ubicada en la parte inferior de cada uno de los motores.
Músico de gran sabiduría técnica, poseedor de vigoroso talento dramático y de depurado gusto, no llegó a alcanzar, sin embargo, la merecida popularidad, debido a que su carácter independiente y retraído le apartó de modo sistemático de las capillas artísticas y de toda propaganda en favor de sus obras teatrales o de concierto, actitud favorecida por una holgada situación económica.
La puerta de entrada presenta un aspecto extraño con su arco semicircular superpuesto cuyo arranque se ve muy retraído.
Estos servicios fueron movidos al Hospital Queen Margaret en Dunfermline, pero este proyecto fue retraído tras una reacción violenta.
Tímido y retraído, era afectuoso y afecto a la soledad.
Este hecho contribuyó especialmente a que fuera algo reservado y retraído.
La muerte de éste en dicha fecha explica también que el joven pintor marchara a Madrid atraído por la fama de Alonso Cano, a quien le recomendó el marqués de Montebello, y también se explica que, retraído el granadino a su tierra, se lanzara a seguirle para trabajar junto a él.
Mientras yo me mantenía silencioso y retraído y el ventero se ocupaba en quitar la silla a nuestros caballos, mi amigo, so pretexto de encender un cigarro, se acercó al hogar, y, después de los cuatro o cinco piropos de costumbre, trabó conversación con la muchacha de la venta.
Pero no le cabía en la cabeza mi resistencia a entrar por las vías políticas, y riñéndome por mi carácter retraído y mi amor a la vida oscura, me decía:.
Pero no puedo arrastrar a mi mujer a que participe de mi distracción, ha tomado el hábito y el gusto del vivir obscuro y retraído, y no hay quien la saque de su estuche, o del capullo que ha labrado con las atenciones del niño y su propia timidez.
La deferencia con que era tratado por los jefes y su carácter huraño y retraído le enajenaron las simpatías de sus camaradas, quienes no podían comprender que aquel ciego prefiriese los trabajos y miserias del minero a la vida libre y sin afanes del mendigo.
Tengo capricho, necesidad de vivir solitario, retraído unos cuantos meses.
Juanita Vargas, que así se llamaba, era de un carácter adusto y retraído, pero gracias a sus hermosos ojos, su dulce y melancólica sonrisa unida a modales cultos y aspecto elegante y distinguido, pronto llamó la atención de los neivanos.
No tenía una amiga a quien hablarle en confianza, pues mi carácter tímido y retraído no me había permitido formar una sola amistad íntima.
Enrique tiene un carácter retraído y habla con dificultad, mientras que el otro tenía el don de la palabra, cualidad más rara de lo que se cree, y sus pensamientos siempre elevados y palabras escogidas me llenaban de encanto, y con todo esto la pasión de Enrique me arrastraba, me llevaba con los ojos abiertos hacia una vía sin salida.
Guillermo era bueno, caritativo y amable, Paulino adusto, retraído y envidioso.
Entonces cuentan que Tales le detuvo y le dijo riendo: “Ve ahí, oh Solón, lo que me ha retraído de casarme y tener hijos: esto mismo que tanto te conmueve a ti con ser tan sufrido, pero por lo demás sal de cuidado, porque esto no es cierto.
Zerolo tiene otro inconveniente, Zerolo es, como verdadero sabio, retraído y modesto.
Tal había sido la opinión del maestre de Castilla en un principio, pero los ultrajes hechos a la orden por una parte, la conmoción difícil de calmar introducida entre sus caballeros por otra, y por último la imprudencia del rey Fernando el Cuarto, en elegir para capitán de aquella facción al enemigo más encarnizado del Temple en el reino de León, le habían retraído de ponerla en planta.
Podría verse allí la entereza de alma, el tesón de un honrado propósito, la sinceridad de un carácter retraído llevado al último extremo, pero, observando con buena fe, nunca los insanos instintos, ni los antros misteriosos, ni la trastienda temible.
-¿Sabes, hija mía, la dijo el tío, que acabo de ver pasar a gran galope un caballo obscuro guiado por un jinete parecidísimo a nuestro nuevo amigo, el capitán de Patricios? He supuesto que vendría a visitarnos y que se ha retraído de llamar a la tranquera por ser la hora demasiado temprana: más tarde le tendremos en casa.
Et este proberbio es agora muy retraído entre los moros.
Lejos de eso, medido siempre y circunspecto, retraído en presencia de los padres, pecando más bien por un exceso de timidez y de modestia, hacía como por estudio gala de conservarse humilde a la distancia.
No pensaba en semejante cosa el tuerto Bermúdez, que le escuchaba sin pestañear y bostezando a ratos, y eso que podía jurar que lo de las artimañas y las componendas con las clases inferiores, iba con él porque era rico y del solar de Peleches, y vivía en Sevilla, y tenía negocios y amigos de muchas castas en varias partes, incluso Villavieja, sabía también que los Vélez de la Costanilla le detestaban con cuanto le pertenecía, y que si venían a visitarle entonces era sólo por darse lustre y venderle la fineza, sabía además que el resoplado Vélez, con todos aquellos pujos de idealismo aristocrático, era, so capa, el mayor y más funesto intrigante que había en Villavieja, con excepción del otro, de Carreño, el de la Campada, que allá salía con él en intrigas y en agallas, y sabía, por último, que era relativamente pobre y pobre vanidoso, vivía retraído y envidioso y maldiciente, lo mismo que sus hijos e igual que todos sus fidalgos progenitores.
La poesía le parecía muy respetable, y sabía de memoria muchos versos, pero las dificultades del consonante siempre le habían retraído del cultivo de las musas, despreciaba, porque su sinceridad de hombre de sentimiento y de convicciones no le permitían otra cosa, despreciaba los ripios y hasta los consonantes fáciles, y así, las pocas veces que había ensayado la gaya ciencia, se había ido derecho al peligro, a la rima difícil, y hasta recordaba que la última vez que había arrojado la pluma con el propósito de no insistir en versificar, había sido con motivo de querer escribir un soneto a un señor Menéndez, que había fundado una obra pía.

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