Ejemplos con requesones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y ahora, señora condesa, si usía me da su licencia, voy a pasar a ver a mi señora la marquesa, que el otro día me habló de unos requesones, acerca de cuyo mérito quería saber mi voto.
, ¡nada te importe! Bebe leche por la mañana, al mediodía y a la noche, recién ordeñada, como la toma el ternero, o trasnochada y cubierta de crema, cocida o cruda, líquida o en requesones o en queso.
¿Qué más locura puede ser que ponerse la celada llena de requesones y darse a entender que le ablandaban los cascos los encantadores? Y ¿qué mayor temeridad y disparate que querer pelear por fuerza con leones?.
Ciñóse su buena espada, que pendía de un tahalí de lobos marinos, que es opinión que muchos años fue enfermo de los riñones, cubrióse un herreruelo de buen paño pardo, pero antes de todo, con cinco calderos, o seis, de agua, que en la cantidad de los calderos hay alguna diferencia, se lavó la cabeza y rostro, y todavía se quedó el agua de color de suero, merced a la golosina de Sancho y a la compra de sus negros requesones, que tan blanco pusieron a su amo.
Cuenta la historia que cuando don Quijote daba voces a Sancho que le trujese el yelmo, estaba él comprando unos requesones que los pastores le vendían, y, acosado de la mucha priesa de su amo, no supo qué hacer dellos, ni en qué traerlos, y, por no perderlos, que ya los tenía pagados, acordó de echarlos en la celada de su señor, y con este buen recado volvió a ver lo que le quería, el cual, en llegando, le dijo:
Hízolo así el leonero, y don Quijote, poniendo en la punta de la lanza el lienzo con que se había limpiado el rostro de la lluvia de los requesones, comenzó a llamar a los que no dejaban de huir ni de volver la cabeza a cada paso, todos en tropa y antecogidos del hidalgo, pero, alcanzando Sancho a ver la señal del blanco paño, dijo:.
¡Ta, ta! dijo a esta sazón entre sí el hidalgo, dado ha señal de quién es nuestro buen caballero: los requesones, sin duda, le han ablandado los cascos y madurado los sesos.
Pues en verdad que esta vez han dado salto en vago, que yo confío en el buen discurso de mi señor, que habrá considerado que ni yo tengo requesones, ni leche, ni otra cosa que lo valga, y que si la tuviera, antes la pusiera en mi estómago que en la celada.
Si son requesones, démelos vuesa merced, que yo me los comeré.
Por vida de mi señora Dulcinea del Toboso, que son requesones los que aquí me has puesto, traidor, bergante y mal mirado escudero.
Tomóla don Quijote, y, sin que echase de ver lo que dentro venía, con toda priesa se la encajó en la cabeza, y, como los requesones se apretaron y exprimieron, comenzó a correr el suero por todo el rostro y barbas de don Quijote, de lo que recibió tal susto, que dijo a Sancho:.
Y, volviéndose a Sancho, le pidió la celada, el cual, como no tuvo lugar de sacar los requesones, le fue forzoso dársela como estaba.
contra el casco exprimió los requesones.
En requesones vuelto el mar de Atlante,.
-Salió jace un ratillo, y dijo que diba en busca de usté a ca del Requesones.
-Pos de allí vengo yo, de ca der Requesones, pero como no estaba allí Joseíto y como a mí me gusta tanto tomar el sol y oler a nardos.
Para decir yo gusto de beber frío de nieve dirá: ''bebo con armiño del frio, con requesones de agua, con vidrieras de Diciembre, con algodón llovido, con pechugas de nubes'', que poder remudar frases es limpieza.

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