Ejemplos con renegando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se tiene ya noticia de este pueblo cuando el último gobernador almohade de Valencia, Zayd Abu Zayd, se confederó con Jaime I el Conquistador, renegando de su religión y convirtiéndose al cristianismo.
Anita implora en sus rezos que la batalla sea el triunfo y la libertad de su patria, renegando de su condición de mujer que le impide luchar.
Respuestas al modernismo, especialmente renegando de una gran parte de sus premisas, y sobre todo de la distinción entre cultura elevada y vida diaria que efectuaron los modernistas.
¡Pobrecitos! Creyó ver en ellos gañanes tendidos, con los remos abiertos, respirando jadeantes después de la dura labor, cargadores en mangas de camisa que se limpiaban, renegando, la humedad de la frente luego de haber llevado un piano a cuestas.
Se había afiliado en el partido liberal más avanzado renegando así de su prosapia.
Llegué al caserío renegando de las bromas de la zángana Facunda, aspeado de la prisa con que me llevó haciendo el.
Entraba Perantón renegando del precio de la partida de aceite que acababa de llegar, como si fuera él quien perdía en ello.
En estos risueños pensamientos el hombre se adormecía, renegando de la tardanza de su digna esposa.
Granada y Almería se pronunciaban sin comprometerse, no renegando del Regente mientras no viesen que era segura su perdición, otras provincias adoptaban el mismo sistema, de una cuquería y eficacia admirables, en Valencia la coalición y los moderados amotinaron al pueblo y ganaron parte de la tropa, dejando casi inerme al valiente General Zabala.
Hizo el recién venido al diplomático mudas señas de que no se molestase, y renegando por lo bajo, volvió a su observatorio, encargando disimuladamente al señor Pulido que saliese a repetir a los criados la rigurosa consigna.
Más tarde, cuando el marido se fue a acostar, renegando de Dios y maldiciendo de los hombres, ella dio un beso a cada niño, y enseguida, postrándose de rodillas ante una grosera estampa de Cristo pegada en la pared, comenzó a orar entre dientes.
Entre aplausos y risas bailó con Amparito, mientras su hijo los contemplaba enternecido, renegando tal vez en su interior de su condición de poeta soñoliento y enemigo de superfluidades, que no le permitía aprender cómo se mueven las zancas en el vals, ¡El mismo demonio era el señor Cuadros, a pesar de sus años y del enorme bigote! Así lo declaraban doña Manuela y Teresa, sonrientes, reconciliadas y puestas ambas al mismo nivel.
Tan fragorosos eran los truenos, tan frecuentes los relámpagos, que ambos amantes juzgaron prudente retirarse cada cual a su cuarto, don Juan maldiciendo de Júpiter y de Eolo, y Cristeta, que ignoraba la Mitología, renegando de su mala estrella.
Todavía no se han atrevido a irse las dos dejándole solo, pero la que no sale se queda renegando.
Es natural que tengas simpatías por los partidos reaccionarios, son los que os protegen, pero, ¿negarás que nosotros no podemos mirar bien a la Iglesia? Siempre, y renegando de su origen, ha sido enemiga de la libertad y de la democracia.
Al otro lado, los tranvías corrían sobre los railes, obstruidos por carros y camiones, que sus conductores apartaban de la vía renegando al oír el pito de los mayorales, y por la larga acera de piedra, en silencio, paso a paso de arriba a abajo, se aburría autoritariamente la pareja de guardias de orden público, entonces llamados , sin otro consuelo que echar miradas subversivas a las criadas de buen ver.
De entonces en adelante, cuando calculaban que podían preguntarles la lección, iban a clase, pero los más de los días, luego de pasada lista, se escurrían, o pinchándose las encías y manchándose el pañuelo, fingían echar sangre por las narices para que les dejaran salir, renegando de la declinación y el hipérbaton latino como de las mayores infamias que inventaron hombres.
Total: que salió Juan Pablo de la casa renegando de su estrella, de su tía y de todo el género humano, revolviendo en su mente propósitos de venganza con proyectos de suicidio, pues estaba el infeliz como el náufrago que patalea en medio de las olas, y ya no podía más, ya no podía más.
Alejose del pordiosero, renegando.
Estos inglesotes se figuran que el mundo se ha hecho para ellos No, señor mío, hay que ponerse en fila y ser como los demás ¿Conque se cuidará usted, hará lo que le manda su primo y lo que le mande yo? porque yo también soy médica Otra cosa, aquí en España está usted siempre renegando y echando pestes.
Toda la noche estuvo dando vueltas de un lado para otro, queriendo levantarse, y renegando de que le tuvieran prisionero en la cárcel de aquellas malditas sábanas.
No lo duden ustedes, nuestra raza está mal alimentada, y no es de ahora, viene pasando hambres desde hace siglos Mi país me es bastante antipático, y desde que me meto en el de Irún ya estoy renegando.
Renegando de su suerte estuvo hasta muy tarde, y al fin descansó con sosegado sueño.
-¿Qué pienso? -contestó, perplejo entre aparecer prosaico, renegando de la poesía, o incurrir en el desagrado de la viuda, emitiendo una opinión contraria-.
Llegó con todo el cuerpo molido, renegando de los zagales y carromateros, de la distancia, del tiempo, de la contrariedad de habérsele olvidado su libro de horas y una pasta de chocolate para la jornada.
pobre y desmantelado templo, y ya se marchaba renegando,.
El lobo se fue enfurruñado y renegando de los estorninos.
»Quedo en la mayor ansiedad, esperando tu respuesta y renegando del viaje a Madrid, que en tan graves confusiones me pone.
¡Ni eso merecen los que mueren renegando de Dios!.
Quedéme yo solo renegando de mi poca habilidad, y pasóse, sin más novedad, como una hora.

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