Ejemplos con redentores

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las leyendas giran en torno a los misioneros, los aventureros, los filibusteros, los bandidos redentores como Joaquín Murrieta, Juan Colorado.
Se recibe la fuerza y el don para unirse con Cristo en su Pasión y alcanzar los frutos redentores del Salvador.
El cochero, que había brindado por los redentores de España en innúmeras tabernas, se ponía en pie en el pescante y echaba toda su voz gargajosa en loor de Prim, Serrano y Topete.
Y los redentores de España la acatan, imponiéndose a tiros a la voluntad de sus hermanos.
Los ''redentores'' de septiembre no pueden explicársela.
Los redentores de ahora, los justos de septiembre, y los hombres que aceptaron su bandera, ''salvadora'', se destrozan entre sí por ejercer el mando sobre un palmo de terreno, o a título de una libertad fantástica que se quita, o de un ilusorio derecho que no se da, los pueblos se inundan en sangre fratricida, y el hogar se viste de luto, y el corazón se ahoga en lágrimas.
Para que la segunda se cumpliese también, es decir, para hacer «ciudadanos activos de la patria» de los que habían dejado de ser «miserables labriegos», trabajaron sin descanso los insignes redentores de aquel puñado de infelices.
En ellas le entrego a la humanidad lo que jamás nadie le había entregado, las llaves mismas del Edén, pero ya ve usted amigo mío, que todos los redentores mueren crucificados.
Sabemos que las fuerzas del mal se irán en contra, pero para servir a la humanidad de veras, hay que constituirse en redentor de ella, aunque reconocemos que la humanidad no gusta de los redentores, por ello cuando alguien practica el bien siempre oirá decir: El que se mete a redentor muere crucificado, y es que los humanos no gustan de los redentores.
Bien se echa de ver que en todas las épocas en que la raza humana ha llegado a su final ocaso, ora de perecer con la extinción de toda vida, ora de recibir una nueva orientación de la verdad divina, han surgido los profetas y los redentores.
En fin, yo hacía y deshacía en su casa como propia mía, y por mi respeto trataban a don Manuel y a Luis y a Leonisa muy bien, dejándolos andar libres por la ciudad, habiéndoles dado permisión para tratar su rescate, habiendo avisado a don Manuel hiciese el precio de todos tres, que yo le daría joyas para ello, de lo cual mostró don Manuel quedar agradecido, sólo hallaba dificultad en sacarme a mí, porque, como aviara, cierto es que no se podía tratar de rescate, aguardábamos a los redentores para que se dispusiese todo.
-¡Pobres mozos! Olvidan que los redentores son siempre crucificados.
Sea de ello lo que fuere, que hombre no soy competente para enmendar la plana a nadie, y menos a la Real Academia, de que soy miembro humildísimo, diré, sólo que Almagro el Viejo, a quien mucho debían en el Perú los redentores de cautivos, dijo un día al informársele de que el padre Varillas había aceptado el cargo de confesor de D.
-Figúrate -continuó don Anselmo, a vuelta de mil rodeos- que en sus discursos inaugurales los titulados redentores creían poner una pica en Flandes señalando, entre gritos de semitrágico terror, espantosas crisis económicas, desventuras de pueblo, abominables tiranías, escándalos monumentales, peculados, monopolios.
-¡Ahí fueron a parar! Los tales redentores fomentaron, con sus furibundos programas, el desorden, desencadenáronse los odios, todo el mundo se armó hasta los dientes, no se veían más que revólveres y trabucos por todas partes, hasta los pacíficos y elegantes smarts hacían alardes de gastar puñales como facas y bastones como viguetas.
-Eso mismo querían los redentores, y por quererlo todo de una vez han hecho fiasco.
Y así fue cómo unidos a los descamisados, convertidos ya en vociferantes turbas, los redentores incendiaron el Banco, destruyeron ferrocarriles, invadieron varias casas respetables y dejaron en las fachadas del Palacio de Gobierno las señales del motín.
La evolución verdadera que mejore la vida de los mexicanos, no la de sus parásitos, vendrá con la revolución: ésta y aquella se completan y la primera no pueda coexistir con los anacronisnos y subterfugios que despiertan hoy los redentores del pasivismo.
Por eso, ni a Jesucristo le bastó, por recompensa de su martirio, el ver que ya era posible la salvación eterna de los mortales, los redentores de hogaño no podían conformarse con la admiración de Europa ni con un grado más en la milicia o un pingüe sueldo en la Administración, necesitaban darse humos de soberanos, y, al efecto, se tomaron ''motu proprio'', las riendas de la suprema autoridad.
Lo que nosotros llamamos escándalo, inmoralidad, pecado, estos redentores lo llaman ley de humanidad ¿no es eso? anterior y superior de la ley escrita, y aunque para los que vivimos en el mundo civilizado, de esto a volver a la edad salvaje, no hay más que un paso, el sabiondo de mi hijo no lo ve así, y hace vida matrimonial con su tarasca, cuyos hermanos cuando no están presos los andan buscando.

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