Ejemplos con quitara

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando observó que nadaban en la alberca de la residencia personas extrañas, posiblemente amigos de la familia de María Izaguirre, el presidente Ruiz Cortines mandó dar la orden de que se quitara el agua para que no se desperdiciara.
El juego requería que el jugador insertase el disco de London, lo quitara, insertase el disco del Grand Theft Auto original, lo quitara, y despues insertase el disco de London otra vez para jugar.
Dicha conferencia no era otra cosa que una trampa para que cuando los periodistas llegaran y abran la puerta, un revólver instalado por el propio Embajador se disparara sólo y le quitara la vida en frente de los reporteros.
Jefe de nivel: Wolwington, es un lobo que usa ataques de magia a distancia y de cerca nos meterá un gancho que nos quitara una buena porción de vida.
La seguidilla de conspiraciones en el alto poder boliviano y el miedo del presidente Hilarión Daza Grosellé a que Campero le quitara aceptación popular y aliados provocó que el presidente ordenara abortar la misión de la V División y su repliegue hasta Oruro hasta nuevas órdenes, con lo cual Bolivia pierde definitivamente la crucial oportunidad de recuperar el Litoral perdido hace meses.
Los sucesores del duque Fernando, degollado en tiempo de Juan II, nunca pudieron obtener de Manuel I, de Juan III, de la reina regente, de Sebastián I y del cardenal, parte de los privilegios que el hijo de Alfonso V les quitara.
Su abuela al ver las marcas le puso a Subaru guantes y que nunca se los quitara para no ser encontrado por el Sakurazukamori.
Desde por la mañana tenía que endosarse el chaqué y el sombrero de copa, para estar dispuesto a acompañar a la señora, oíase llamar torpe a todas horas porque en las visitas cerraba la boca, o si la abría era para soltar ingenuidades y franquezas que recordaban su origen, y ¡oh tormento insufrible! Su Manolita no le permitía jamás que se quitara los guantes y hasta quería que comiese con ellos, para irsegún ella decíaacostumbrándose a los usos de la gente elegante.
Un obispo y un ecónomo fueron los protectores, merced a cuyo valimiento pudo actuar en una parroquia, no sin que algunos capellanes se disgustaran, temerosos de que, a la larga, les quitara el pan: otros, en cambio, por simpatía, o conocedores de lo mucho que podía quien le recomendaba, hicieron buenas migas con él, y uno de éstos, viejo achacoso, que tenía fama de avaro, le cedía frecuentemente su puesto en ocasiones lucrativas.
Torquemada, no fue difícil desarmarle, pero el susto no había quien se lo quitara a doña Lupe, que tuvo que tomarse una taza de tila.
Maximiliano volvía lentamente a la vida regular, sin que esto quiera decir que se le quitara de la cabeza la idea aquella.
Quedose con las piernas tiesas, en calzoncillos, esperando a que su mujer le quitara también las botas.
Con los mozos de cuerda y trabajadores formose un regimiento de artillería, y como eligieran para decorarse el morado, el rojo y el verde, en episcopal combinación, fueron llamados los , y no hubo quien les quitara el nombre durante todo el transcurso de la guerra.
Muy al contrario de esto, nuestro personaje tenía, sin duda, en su organismo un resorte para la risa, de la cual pasaba a la seriedad tan bruscamente como si un dedo misterioso se quitara de la tecla de lo alegre para oprimir la de lo grave.
¡Infeliz de mí!, a estas irrecusables pruebas de mi cariño, sólo contestaba llamándome bestia y ordenándome que se le quitara de delante.
Por eso nunca experimenta mayor alegría que al ver las torres, volviendo al hogar después de un largo viaje, por eso oye con emoción el tañido de sus campanas al entrar en la villa y considera todo aquello como suyo, como parte de su propia existencia y lo defiende como se defiende la vida, no sólo la humana, sino la eterna, porque cree que el que les quitara aquel santuario les arrebataría su religión y su Dios.
Y añadió, antes que Moya le quitara la palabra:¿Y qué dice de todo eso Goyo, el guardiero del camino de la Playa? ¿Sabe Vd.
Yo le respondí que mejor fuera haberla dado de manera que les quitara de aquel trabajo, pues con esto le tuvieran a él por juez recto y acertado.
Si yo pudiera sacar mi corazón y ponerle ante los ojos de vuestra grandeza, aquí, sobre esta mesa y en un plato, quitara el trabajo a mi lengua de decir lo que apenas se puede pensar, porque Vuestra Excelencia la viera en él toda retratada, pero, ¿para qué es ponerme yo ahora a delinear y describir punto por punto y parte por parte la hermosura de la sin par Dulcinea, siendo carga digna de otros hombros que de los míos, empresa en quien se debían ocupar los pinceles de Parrasio, de Timantes y de Apeles, y los buriles de Lisipo, para pintarla y grabarla en tablas, en mármoles y en bronces, y la retórica ciceroniana y demostina para alabarla?.
Don Quijote, que tales blasfemias oyó decir contra su señora Dulcinea, no lo pudo sufrir, y, alzando el lanzón, sin hablalle palabra a Sancho y sin decirle esta boca es mía, le dio tales dos palos que dio con él en tierra, y si no fuera porque Dorotea le dio voces que no le diera más, sin duda le quitara allí la vida.
Todavía respondió don Quijote, si tú, Sancho, me dejaras acometer, como yo quería, te hubieran cabido en despojos, por lo menos, la corona de oro de la Emperatriz y las pintadas alas de Cupido, que yo se las quitara al redropelo y te las pusiera en las manos.
Al mismo duque de Alba se la quitara para dársela al señor mase Pedro respondió el ventero, llegue el mono y el retablo, que gente hay esta noche en la venta que pagará el verle y las habilidades del mono.
Y como no me contestara y no me quitara los ojos y le conociera que quería sondar mis pensamientos agregué:.
Un día que oyó que los seis días del Génesis no eran días, sino épocas, aun en pura ortodoxia, sintió un gran consuelo, como si se le quitara un peso de encima, como si hubiera sido él quien hubiera inventado lo del mundo hecho en seis días.
El pobre hombre, que se recreaba en hacerme agradable o, por lo menos, llevadera la carga de mi destierro, aplaudió con toda su alma mi propósito, ¡cuándo hubiera dado yo algo bueno porque me le quitara de la cabeza con un par de razones transmisibles «decentemente» a Chisco por mí! No lo podía remediar: el compromiso adquirido con él para el día siguiente, me inquietaba mucho, y al verme solo en mi aposento después de dejar en el suyo a mi tío, cuya condescendencia a mis declarados propósitos me había parecido algo como firma de juez al pie de una sentencia de muerte, me inquietó mucho más, y cuando metido ya en la cama, después de preparado el arsenal que me había recomendado Chisco para la batalla, me quedé a oscuras, la inquietud anduvo rayando con la fiebre.
segundo, ni me quitara de encima los ojos.
-Pos míe usté: si a mí me pasara eso, pos agüecaría el ala y me iría en busca de otra paloma, porque Rosario ha cumplío como güena aguantando diez años de carencias y pesaumbres, y si ahora la probe está tranquila, ¡no sería yo, en el pellejo del zagal, el que le quitara el vivir a gusto con su marío entre sus cuatro paeres!.

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