Ejemplos con paredón

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Con éste, participó en la Toma de Torreón, ya con el grado de general brigadier, al frente de la Brigada de Durango tomó parte en las batallas de San Pedro de las Colonias, Paredón y Zacatecas.
Queda tan solo el paredón de la torre donde se encontraba la puerta de arco y una pequeña ventana y algunas piedras caídas alrededor.
Ciego de Ávila es uno de los más prometedores destinos turísticos cubanos gracias a la construcción de un pedraplén que enlaza a la tierra firme con los cayos Coco y Guillermo, integrados junto a Paredón Grande y Antón Chico -entre otros- en la cayería Jardines del Rey.
Espinazo está comunicado por vía férrea con las ciudades de Saltillo y Piedras Negras, además en la cercana estación de Paredón se localiza otra vía férrea que comunica a Monterrey, en la actualidad no existe servicio de pasajeros sino únicamente carga.
Esta obra esta compuesta por el primer, segundo y tercer paredón, se puede acceder por un camino de ripio al primero, y a segundo,y a pie al tercero.
Actualmente el primer paredón está habilitado a la visita del turista y es utilizado como balneario.
Regresa a Michoacán, en donde lo descubren y aprehenden, una escolta de soldados lo lleva al paredón y a punto de ser fusilado, su padre llega con el indulto en la mano.
Cayo Paredón Grande, entre otros.
Los prisioneros españoles fueron fusilados en la bahía de Paredón.
Aún pueden verse la presa de sillares dispuestos en arco y el estrecho calce construido con paredón contra la montaña.
En el pueblo West Windsor, un hombre murió cuando un paredón en el que trabajaba le cayó encima.
Actualmente quedan pocos vestigios de la parte de piedra que fue construida como tranquera o paredón.
Felix Echebarria -que animó a todos a estar unidos, a orar, y a llegar a la muerte- a quien por decir viva cristo rey le cortaron una oreja, le sacaron los ojos, le cortaron la lengua,y aún querían que fuera por su propio pie al paredón.
Participó en casi todas las principales batallas, tales como Chihuahua, Ciudad Juárez, Tierra Blanca, San Pedro de las Colonias y Paredón.
En dichos combates fue herido, pero se recuperó pronto e intervino en las acciones de San Pedro de las Colonias y Paredón.
En pocos minutos se formó un grupo de veinte o treinta en la punta del paredón.
Y siguió adelante, rozando con su cintura el pretil del paredón.
Subió al segundo paredón y miró a la mar, cuyo horizonte en aquel momento no era muy extenso, a causa de la niebla.
Las aguas batían suavemente el paredón a sus pies.
Gonzalo quedó como estaba, de bruces sobre el pretil del paredón, contemplando el mar que lo batía suavemente.
Gonzalo subió al segundo paredón con un deseo irresistible de desahogar el pecho, y poner a su tío al tanto de lo que ocurría.
El viejo marino pasaba una gran parte de su existencia sobre aquel paredón, en íntimo coloquio con el mar, su antiguo amigo y compañero.
Antes de llegar al término del malecón, percibió sobre el segundo paredón una figura gigantesca.
¡Ah, es cierto! ¡No me acordaba de que estábamos en el segundo paredón! La obscuridad Tanto tiempo aquí El mareo de estar con la vista fija en el barco ¡Dios mío! ¿Qué hubiera sido de mí si usted no me sujeta?.
Sin embargo, ya estaba demasiado cerca del paredón para que esto no constituyese un peligro.
Estaba en pie sobre uno de los asientos adheridos al pretil del paredón, con unos enormes anteojos de mar dirigidos hacia la lucecita verde que brillaba con intermitencias allá a lo lejos.
Don Rosendo subió al segundo cuerpo del paredón, y encontró allí ya a don Melchor de las Cuevas.
La torre del reloj, cuadrada, desnuda, monótona, partiendo el edificio en dos cuerpos, y éstos exhibiendo los ventanales con sus bordados pétreos, las portadas que rasgan el robusto paredón, con sus entradas de embudo, compuestas de atrevidos arcos ojivales, entre los que corretean en interminable procesión grotescas figurillas de hombres y animales en todas las posiciones estrambóticas que pudo discurrir la extraviada imaginación de los artistas medievales, en las esquinas, ángeles de pesada y luenga vestidura, diadema bizantina y alas de menudo plumaje, sustentando con visible esfuerzo los escudos de las barras de Aragón y las enroscadas cintas con apretados caracteres góticos de borrosas inscripciones, arriba, en el friso, bajo las gárgolas de espantosa fealdad que se tienden audazmente en el espacio con la muda risa del aquelarre, todos los reyes aragoneses en laureados medallones, con el casco de aletas sobre el perfil enérgico, feroz y barbudo, y rematando la robusta fábrica, en la que alternan los bloques ásperos con los escarolados y encajes del cincel, la apretada rúa de almenas cubiertas con la antigua corona real.
¡Cualquiera que sea el instrumento, lo dirige la mano de Dios! Desvía la yegua, se persigna, se aparta, se aleja definitivamente, volviendo de cuando en cuando la cabeza para ver el negro bulto, sobre el fondo verde de la hierba y la blancura gris del paredón.
Ni un minuto recordó al duro y bronceado abuelo tendido allá junto al paredón.

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