Ejemplos con oyentes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Creía que iba a desgarrarse su pecho, a estallar su garganta, pero los oyentes, habituados al canto bárbaro, tan anonadador como la danza, no paraban atención en la fatiga del cantor ni se cansaban de su interminable relato.
Una vez que Febrer figuraba entre los oyentes, el marino le dijo con voz rencorosa:.
Los oyentes reían, y el capitán Valls, declarando a gritos su calidad de , miraba a todas partes como si desafíase a las casas, a las personas, al alma de la isla, hostil a su raza por un odio absurdo de siglos.
Cuando Belarmino pronunciaba un discurso, era de rigor que los oyentes saliesen a la plazuela del Obispo lanzando gritos inflamatorios y blasfematorios.
Estaba escrito en castellano y lo leía en valenciano, sin vacilación alguna, para mejor inteligencia de los oyentes.
Se miraban con asombro los oyentes, cual si les deslumbrasen estas palabras.
Los oyentes cerraban los ojos, como si les atolondrase tanta grandeza y sintieran el mareo de las alturas.
Los oyentes movían la cabeza en señal de asentimiento.
Los otros oyentes, silenciosos y cabizbajos, no experimentaban menos el encanto de aquellas afirmaciones, que tan audaces resultaban en el ambiente reposado y rancio del claustro.
Ya les faltaba el aliento a los oyentes cuando el ciego se determinó a posarse en el final de la frase:.
Aparte de la manía de referir en las sobremesas y entre amigos de confianza mil anécdotas, no contrarias al pudor, pero sí a la serenidad del estómago de los oyentes, era don Manuel persona cortés y de buenas formas para presidir, verbigracia, un duelo, asistir a una junta en la Sociedad Económica de Amigos del País, llevar el estandarte en una procesión, ser llamado al despacho de un gobernador en consulta.
Con esto que la Jitanilla decia, tenia suspensos a los oyentes, y los que jugaban le dieron barato, y aun los que no jugaban.
Por sola la palabra chorizos se persuadieron los oyentes ser el que las alabanzas decia estremeño sin duda, y no se engañaron, porque se supo despues que era de un lugar de Estremadura que está junto a Jaraicejo, y de allí adelante quedó en opinion de todos por hombre docto y versado en el arte poética, solo por haberle oido desmenuzar tan en particular el cantado y descomunal soneto.
Contó don Quijote por menudo todo el suceso del gobierno de Sancho, con que dio gran gusto a los oyentes.
Rogóle la duquesa que le contase aquel encantamento o burla, y Sancho se lo contó todo del mesmo modo que había pasado, de que no poco gusto recibieron los oyentes, y, prosiguiendo en su plática, dijo la duquesa:.
Alborotóse el senado de los oyentes, huyóse el mono por los tejados de la ventana, temió el primo, acobardóse el paje, y hasta el mesmo Sancho Panza tuvo pavor grandísimo, porque, como él juró después de pasada la borrasca, jamás había visto a su señor con tan desatinada cólera.
La hora, el tiempo, la soledad, la voz y la destreza del que cantaba causó admiración y contento en los dos oyentes, los cuales se estuvieron quedos, esperando si otra alguna cosa oían, pero, viendo que duraba algún tanto el silencio, determinaron de salir a buscar el músico que con tan buena voz cantaba.

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