Ejemplos con mujeres

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando hemos, llegado a la plaza, unas mujeres vestidas de locas, con largas camisas blancas, coronados los negros y sueltos cabellos con guirnaldas de hojas verdes, han cogido a Platero en medio de su corro bullanguero, y, unidas por las manos, han girado alegremente en torno de él.
Platero, de vez en cuando, deja de beber y levanta la cabeza como yo, como las mujeres de Millet, a las estrellas, con una blanda nostalgia infinita.
Para la vendimia, estando yo una tarde roja en la viña del arroyo, las mujeres me dijeron que un negrito preguntaba por mí.
Los vendimiadores lo miraban de reojo, en un mal disimulado desprecio, las mujeres, más por los hombres que por ellas, lo evitaban.
Los vendimiadores ,- mirar de reojo ,- las mujeres ,- evitar.
,- los chiquillos ,- las mujeres seguían girando en torno del burro.
El amo prefirió que las mujeres no ,- con Platero.
El patio empedrado, sombrío bajo el inmenso y ardiente cielo azul de la tardecita, vibraba sonoro del relinchar de los caballos pujantes, del reír fresco de las mujeres, de los afilados ladridos inquietos de los perros.
Unas mujeres ,- vestidas de locas ,- coger a Platero ,- girar alegremente ,- en torno de él.
Yo amo a las mujeres ahorradoras, buenas manejeadoras.
Por no ver mujeres con almadreñas preferiría vivir entre chinos, porque al menos los chinos conceden al pie de las mujeres más importancia que a ninguna otra parte del cuerpo.
No había esperanza de que se casase, no tanto por feo y raquítico, ya que las mujeres apencan con todo, si el pretendiente guarda hacienda o luce ejecutoria, cuanto porque el duque era misógino y misántropo.
Todas las mujeres, en llegando a cierta edad, si son amorosas todavía, como no están en sazón de que las amen y ellas no aciertan a vivir sino en la atmósfera del amor, se perecen por proteger y concertar amores ajenos.
En el Seminario se murmuraba que era muy galanteador y que se introducía siempre entre la muchedumbre y en lugares muy concurridos, por disfrutar de apreturas con las mujeres.
Las mujeres en mi país son ahorradoras.
No se debe golpear a las mujeres, ni aun a causa de la comida, mucho menos a causa de otras razones sin importancia, la infidelidad, por ejemplo.
La dramaturgia creó el tipo del hombre que provoca amor en todas las mujeres, porque él finge amar, pero a ninguna ama: don Juan.
Todos los días veían lo mismo: las mujeres cosiendo y cantando bajo las parras, los hombres en los campos, encorvados, con la vista en el suelo, sin dar descanso a los activos brazos, tendido a lo gran señor ante las varitas de liga, esperando a los pájaros, o ayudando a Pepeta torpe y perezosamente, en la taberna de unos cuantos viejos tomando el sol o jugando al truco.
Y toda la gente de la huerta, hasta las mujeres y los niños, parecían contestar con sus miradas de mutua inteligencia: Sí, a ver.
Las barracas hubiesen abierto para él sus últimos escondrijos, las mujeres le habrían ocultado bajo sus faldas.
Y al mismo tiempo los negros pajarracos escribían papeles y más papeles en la barraca de , revolviendo impasibles los muebles y las ropas, inventariando hasta el corral y el establo, mientras la esposa y las hijas gemían desesperadamente y la multitud agolpada a la puerta seguía con terror todos los detalles del embargo, intentando consolar a las pobres mujeres, prorrumpiendo a la sordina en maldiciones contra el judío don Salvador y aquellos tíos que se prestaban a obedecer a semejante perro.
Los perros ladraban al verle de lejos, como si se aproximase la muerte, los niños le miraban enfurruñados, los hombres se escondían para evitar penosas excusas y las mujeres salían a la puerta de la barraca con la vista en el suelo y la mentira a punto para rogar a don Salvador que tuviese paciencia, contestando con lágrimas a sus bufidos y amenazas.
Las mujeres agachábanse en los ribazos, teniendo al lado el cesto de la ropa por lavar.

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