Ejemplos con miriñaques

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las damas usaban vestidos de talle ajustado, mangas cortas o largas, escotes muy adornados con volados y miriñaques.
En mal hora vino acá la moda imperial, con sus miriñaques primero, sus polisones después, vanidad de formas femeninas, vanidad de pompas bélicas.
Está de más decir que la Reina de y sus damas, vestidas a la europea con huecos miriñaques, ostentando además cuantos faralaes y ringorrangos imponía la moda, dieron a la fiesta su mayor grandeza y hermosura.
Los hombres que aquel ridículo armatoste cargaban, pareciéronme agobiados de tristeza, las mujeres, enjauladas de medio cuerpo abajo en los miriñaques, se me figuraron muñecas fúnebres.
Empezaban a salir los invitados a la fiesta de Palacio, arrimaban los coches a la colosal puerta, por la Plaza de la Armería, entraban en ellos, chafándose en las portezuelas, los hinchados miriñaques, dentro de los cuales iban señoras, entraban plumas, joyas, encajes, bonitas o vetustas caras compuestas, y apenas un coche partía, otro cargaba.
¿Calor? Bastante, y poco espacio, por el volumen exagerado de los miriñaques.
A su madre dio dos trajes muy buenos para que los arreglara, y dos miriñaques, a Mercedes Villaescusa, una bata, camisas, enaguas, zapatos, a doña Celia envió macetas con las mejores plantas que entonces se conocían en Madrid, y además loza de vajillas descabaladas, un par de cortinas, cuatro botellas de manzanilla, un calentador para los pies, tabaco y otras menudencias, a Jerónima, provisiones de boca, galletas finas y un jamón, amén de unos visillos para las ventanas.
con los miriñaques al descubierto!—¡Qué días!.
Todas usaron ingentes miriñaques totales, y ahora usan el miriñaque parcial y pseudocalípigo que priva.
¡Que grotescas mescolanzas de viejos sombreros de copa y mangas de mujer, de caretas de ministros y miriñaques, bajo las estrellas serenas! Los perros les ladraban sin irse del todo y los caballos recelosos, no querían pasar bajo ellos.
¿Calor? Bastante, y poco espacio, por el volumen exagerado de los miriñaques.
A su madre dio dos trajes muy buenos para que los arreglara, y dos miriñaques, a Mercedes Villaescusa, una bata, camisas, enaguas, zapatos, a doña Celia envió macetas con las mejores plantas que entonces se conocían en Madrid, y además loza de vajillas descabaladas, un par de cortinas, cuatro botellas de manzanilla, un calentador para los pies, tabaco y otras menudencias, a Jerónima, provisiones de boca, galletas finas y un jamón, amén de unos visillos para las ventanas.
Los hombres que aquel ridículo armatoste cargaban, pareciéronme agobiados de tristeza, las mujeres, enjauladas de medio cuerpo abajo en los miriñaques, se me figuraron muñecas fúnebres.
Ayer mandé a Micaela que los bajase para dárselos al trapero con unos miriñaques míos, y los bragueros y otras prendas de mi difunto.
los miriñaques, pero ya estaban señalados los sitios que habían de ocupar en la gran procesión de los.
Nada de miriñaques ni ahuecadores en aquellas muchachas.
Cierto es que allí no había perros que me asustaran, mas es que tampoco había miriñaques que me alentaran.

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