Ejemplos con maragatos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los arrieros maragatos gozaron de gran poder e influencia en la zona entre los siglos siglo XVI y XIX.
Posteriormente destacó con los arrieros maragatos, sobre todo en los siglos XVI y XVII, donde vivían varios de los más importantes de la comarca de la Maragatería.
Esta fue la primera población estable de origen europeo en tierras patagónicas, de colonizadores de origen maragatos.
La solución que están poniendo las autoridades locales a esta decadencia pasa por la promoción de la ciudad en los principales circuitos turísticos y la creación de suelo industrial que favorezca la instalación de nuevas empresas que generen empleo para los maragatos.
Labor de Rey, como otros pueblos maragatos, tiene su origen en la Edad Media, sin descartar sus orígenes más remotos, si bien tiene numerosos restos de las minas romanas de oro, tanto primarias con varias minas excavadas en roca como secundarias.
Los maragatos transportaban al interior salazones de pescado traídos de la costa gallega, y al volver a su tierra cargaban con embutidos y productos de secano.
¿Y qué me dice de los maragatos que antes venían aquí con sus cargas de trigo de Castilla, y después, llevando víveres al ejército, o haciendo que los llevaban, se han forrado de dinero? Mi padre conoció a uno que vendía por las calles piezas de lienzo, y ahora revuelve con pala los montones de onzas.
Antes de mayordomo, cuando el Dignidad era todavía simple Canónigo de Leon, Clavijo había desempeñado otra escuela en Astorga, en la Roma de los maragatos.
En los puestos de pescado los maragatos limpiaban los besugos, arrojando las escamas sobre los transeúntes, mientras un ganapán vestido con los calzonazos negros y el mandil verde rayado berreaba fuera de la puerta: ¡Al vivo de hoy, al vivito! Enorme farolón con los cristales muy limpios alumbraba las pilas de lenguados, sardinas y pajeles, y las canastas de almejas.
Felicísimo, pongamos un revuelto oleaje de pliegues negros, el cual o no es cosa ninguna o debe llamarse levitón, más que por la forma, por el ligero matiz de ala de mosca que en las partes más usadas se advierte, derivemos de este levitón dos cabos o brazos que a la mitad se enfundan en manguitos verdes con rayas negras como los mandiles de los maragatos, y hagamos que de las bocas de esos manguitos salgan, como vomitadas, unas manos, de las cuales no se ven sino diez taponcillos de corcho que parecen dedos.
Mauro, unos que andan vestidos al modo de moros, con calzones como los maragatos, pero hasta el tobillo, y unos turbantes en la cabeza con un plumacho muy largo.
¿Y qué me dice de los maragatos que antes venían aquí con sus cargas de trigo de Castilla, y después, llevando víveres al ejército, o haciendo que los llevaban, se han forrado de dinero? Mi padre conoció a uno que vendía por las calles piezas de lienzo, y ahora revuelve con pala los montones de onzas.
-Y los maragatos, canástoles, con sus bragazas de fuelle.

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