Ejemplos con manifestación

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero, ¿qué culpa tiene la úlcera por pertenecer a un cuerpo corrompido, cuyo es manifestación franca y fatal resultado? Donde todo está prostituido, la prostitución femenina casi es loable, porque es un síntoma claro.
Por una parte, como lo ha hecho notar, una vez más, en un simpático libro Henri Bérenger, las afirmaciones de la ciencia contribuyen a sancionar y fortalecer en la sociedad el espíritu de la democracia, revelando cuánto es el valor natural del esfuerzo colectivo, cuál la grandeza de la obra de los pequeños, cuán inmensa la parte de acción reservada al colaborador anónimo y obscuro en cualquiera manifestación del desenvolvimiento universal.
Es en la escuela, por cuyas manos procuramos que pase la dura arcilla de las muchedumbres, donde está la primera y más generosa manifestación de la equidad social, que consagra para todos la accesibilidad del saber y de los medios más eficaces de superioridad.
No de otra manera observa Taine que, en las grandes obras de la arquitectura antigua, la belleza es una manifestación sensible de la solidez, la elegancia se identifica con la apariencia de la fuerza: las mismas líneas del Partenón que halagan a la mirada con proporciones armoniosas, contentan a la inteligencia con promesas de eternidad.
No os encojáis de hombros delante de ninguna noble y fecunda manifestación de la naturaleza humana, a pretexto de que vuestra organización individual os liga con preferencia a manifestaciones diferentes.
Si con relación a la escuela de la voluntad individual, pudo Goethe decir profundamente que sólo es digno de la libertad y la vida quien es capaz de conquistarlas día a día para sí, con tanta más razón podría decirse que el honor de cada generación humana exige que ella se conquiste, por la perseverante actividad de su pensamiento, por el esfuerzo propio, su fe en determinada manifestación del ideal y su puesto en la evolución de las ideas.
Este generoso tío escuchó con sensatez mi manifestación, y se apresuró a colocarme con arreglo a mis inclinaciones.
Colaboradores entrambos enemigos en que tal fuera el resultado de la revolución y de su triunfo, no solo los cubanos no tuvimos, salvo alguna que otra manifestación aislada, que nunca pudo traducirse en hechos, el propósito vindicativo de las ofensas pasadas, sino que tampoco dieron los españoles muestras de despecho o de inconformidad con los hechos consumados, y dándose cuenta oportuna de la situación la aceptaron acaso con reservas mentales, pero con reservas que tuvieron la discreción de no exteriorizar jamás, y así nunca, manifestaron expresa y públicamente, ni aun durante el tiempo intermedio de la Intervención primera, que, contentos con tal fracaso de la Revolución vencedora, ellos deseaban que no triunfaran sus ideales definitivos.
El remordimiento era una manifestación de vida que le sacaba del letargo de su existencia.
Sólo me preocupa la música, que alguien ha dicho que será la religión del porvenir , la manifestación más pura del ideal.
Los más audaces se atreven a dedicarlo a la compra de los valores públicos, y los gobiernos continúan el despilfarro, seguros de que encontrarán siempre quienes les presten y ensalzando este crédito como una manifestación de la prosperidad del país.
Los pobres son ustedes, los de la Iglesia rancia y tradicional, los de la religión a la española, pues en esto hay modas, y los fieles se van con lo más reciente, pero ahí están los jesuítas, la manifestación más moderna del catolicismo, la última novedad , que con su Corazón de Jesús y demás idolatrías a la francesa levantan palacios e iglesias en todas partes, desviando el dinero que antes iba a las catedrales y siendo la única demostración de la riqueza del país.
Esto se ve en la música mejor que en otra manifestación de su vida.
El alma muere con el cuerpo, no es más que una manifestación de nuestro pensamiento, y el pensamiento es una función cerebral, pero los hijos perpetúan nuestro ser a través de las generaciones y los siglos, ellos son los que nos hacen inmortales, ya que guardan y transmiten algo de nuestra personalidad, así como nosotros heredamos la de nuestros antecesores.
¿Cuánto durará la agonía? ¡Quién sabe! Dos siglos, tal vez menos, lo que tarde a cristalizar en la humanidad una nueva manifestación de su incertidumbre y su miedo ante el gran misterio de la Naturaleza.
Esta manifestación única del trabajo profano atraía a todos los desocupados a la habitación mísera y maloliente.
Era aquella una manifestación pacífica de la democracia, que con grandes clamores y largos garrotes y extrañas banderas enarboladas se dirigía a Palacio pidiendo la entrada en el ministerio de don Manuel Ruiz Zorrilla.
El cochero de Currita, Tom Sickles, enorme tipo del automedonte británico, que pedía a voces el tricornio y la peluca empolvada, y se había sentado en Londres en el pescante del duque de Edimburgo, y en París en el de la princesa Matilde, dirigió los caballos corriendo a lo largo de la manifestación, por ver si adelantaba la cabeza de esta y podía entrar por la calle del Caballero de Gracia o por la de Peligros.
Es preciso hacer una manifestación ruidosísima, que levante el espíritu y sirva de protesta a este atropello.
Enterado por su amiga Isabel Mazacán de la orden del día dada por el marqués de Butrón en la casa de Currita, apresurábase a poner en conocimiento de la primera autoridad de la provincia la manifestación de mantillas y peinetas que las damas de la aristocracia preparaban para aquella tarde en la Fuente Castellana.
Recibióle ella con esa amable condescendencia, propia de las grandes señoras con cualquier pelafustán que las adula, y concedióle su petición al punto, quedando convenido que la revista publicaría el retrato de la condesa con el traje que había de lucir aquella misma tarde en la manifestación de mantillas y peinetas de la Castellana, y otros dos grabados conmemorativos, representando uno la fachada del palacio en el acto de ser invadido por la policía, y otro el momento en que salió Currita con varonil entereza al encuentro de los invasores.
Nueva manifestación de duda de la ninfa Egeria, acompañada siempre del vocativo de su Numa Pompilio, fórmula de la íntima y familiar amistad que le unía con el personaje.
Era sobre el Juicio Final, y dividióla en tres partes: la confusión de los hipócritas al ver patentes sus pecados ocultos, la suprema vergüenza de los escandalosos al ver objeto de la execración universal los pecados públicos de que habían hecho gala, y la justificación de la Providencia, la manifestación clara de los misteriosos caminos ordenados por Dios para bien siempre del hombre, la sapientísima urdimbre, puesta al descubierto, de grandes hechos y pequeños acontecimientos, de penas y alegrías, derrotas y triunfos, llamamientos y amenazas, premios y castigos, que han de probar en la vida de cada criatura, mirada de frente a la luz de aquel tremendo día, la paternal providencia de Dios para cada hombre, la conjunción perfecta sobre cada uno de ellos de sus dos atributos, el más temible y el más deseable: la misericordia y la justicia.
Aquello fue una manifestación general de simpatías personales e ideales políticos, y no hubo uno solo entre aquellos hombres de estado, capaces de regir el país de Liliput, que no manifestase sus opiniones por medio de las nuevas palomas mensajeras.
El alma ve entonces las cosas tales como son y no tales como aparecen, las ve, no en su manifestación transitoria, sino en su idea pura y eterna, no ya en lucha constante, desligadas, sin concierto, en guerra de exterminio, sino que las ve atadas por lazo de amor, subiendo en concorde armonía hacia la luz y hacia el bien, y encaminándose, por atracción suave y divina, a la justificación providencial de todo.
La conversación acerca de Linilla había sido, a mi ver, como una prueba de fidelidad, como una manifestación pública de mi amor.
Fortunata daba suspiros, sin que el anciano se enterase de esta expresiva manifestación de disgusto, y al fin, ella, comprendiendo que era inútil esperar de aquella ruina apuntalada un consuelo y un consejo, decidió retirarse.
A Nicolás no le quitó su berrinchín el apetito, pues ninguna turbación del ánimo, por grande que fuera, le podía privar de su más característica manifestación orgánica.
La primera manifestación que hizo de sus ideas acerca de la libertad humana y de la propiedad colectiva consistió en meter mano a las velas de colores.
Vivía entonces España pendiente de una discusión de Cortes, de un grito que se daba aquí o acullá, en los talleres de un arsenal o en los vericuetos de una montaña, y cada quince días o cada mes, se agitaban, se debatían, se querían resolver definitivamente cuestiones hondas, problemas que el legislador, el estadista y el sociólogo necesitan madurar lentamente, meditar quizás años enteros antes de descifrarlos, y que una multitud en revolución decide en pocas horas, mediante una acalorada discusión parlamentaria, o una manifestación clamorosa y callejera.

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