Ejemplos con llenen
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
La lengua de un glaciar con excesivo aporte de hielo puede desbordar las aperturas de las brechas glaciares en las cuencas de una zona extensa, haciendo que muchos valles se llenen de hielo.
El sitio de punción se limpia con un antiséptico y luego se coloca una banda elástica alrededor del antebrazo con el fin de ejercer presión y restringir el flujo sanguíneo a través de la vena, lo cual hace que las venas bajo la banda elástica se llenen de sangre.
El objetivo principal es evitar que los bloques llenen toda la pantalla.
Algunos turloughs tienen una fuente en un lado y un agujero de desagüe en el otro, pero lo más común es que se llenen y se vacíen por el mismo punto.
Éste hecho provoca que los almacenes de la empresa se llenen ya que no son capaces de sacar al mercado tanta producción.
Los hoteles necesitan de las convenciones, para que los turistas llenen esas habitaciones.
Así que cuando el número de neutrones y protones llenen completamente los niveles energéticos de una determinada capa del núcleo, la energía de enlace nuclear por núcleo alcanzará un mínimo local y así esta configuración particular tendrá una vida más longeva que isótopos cercanos que no han completado sus capas.
Esto hace que las venas bajo el torniquete se llenen de sangre.
Con este paso Figo quiere implicarse activamente en este proyecto con la intención de ayudar a que los niños llenen sus horas de ocio y no caigan en las drogas o en la marginación, mediante la práctica del deporte.
¡Ay, señor!, no podré contar a usted la muerte de mi amada Señora sin que mis ojos se llenen de lágrimas y el corazón se me despedace.
No te doy la bolsa -me decía-, porque la vaciarás estúpidamente aquí, y no hemos de pedir al marido y al padre de que te la llenen otra vez.
Bueno es que se muden las tornas, y cambien las aguas, para que lo seco se moje y lo mojado se seque, bueno será que se limpien muchos comederos, y se llenen otros que ha tiempo están vacíos.
No puedo recordarlo sin que se me llenen los ojos de lágrimas.
Que las dos llenen mi alma, que cierren mis ojos y me lleven delante de Dios.
Estos son los hombres que nos hacen falta: muchachos de talento y de buena fe que hablen al pueblo y le llenen de agitación.
¡Caiga no más, agua! ¡Qué se desplomen las nubes, y se llenen las lagunas!.
No es que lo que se nos da no sea excelente, y muy expresivo y puesto en su punto, es que nos sabe a poco, y está pidiendo a gritos que se llenen las lagunas que mortifican la curiosidad y el interés de los lectores y admiradores de Alfonso Daudet, que son tantos en el mundo entero.
Necesita usted objetos que le sugieran la idea santa de Dios, ocupaciones que le llenen el alma de energía piadosa, que satisfagan sus instintos, como usted dice, de amor universal.
No puedo recordarlo sin que se me llenen los ojos de lágrimas.
-Pues vamos -interrumpió el hampón- al «camarote» grande, pa que nos llenen la mesa de «N.
Bueno es que se muden las tornas, y cambien las aguas, para que lo seco se moje y lo mojado se seque, bueno será que se limpien muchos comederos, y se llenen otros que ha tiempo están vacíos.
«No te doy la bolsa -me decía-, porque la vaciarás estúpidamente aquí, y no hemos de pedir al marido y al padre de Yohar que te la llenen otra vez».
Estos son los hombres que nos hacen falta: muchachos de talento y de buena fe que hablen al pueblo y le llenen de agitación.
El mismo Drake respeta y adula las feroces propensiones de este mozo, y yo mismo, yo mismo, señores, he presenciado una cosa de que no puedo acordarme sin que las lágrimas de la indignación llenen mis ojos, dijo don Antonio poniendo trémula la voz, y cubriéndose la vista con las manos: he visto a ese cachorro de ferinas razas.
-«¡Aten el carro, muchachos!, mojen cueros, llenen un barril de agua y echénlo al carro, ¡Pronto, ligero! ¡y se van todos al fuego!».
Yo no amo á los poetas que, olvidándose de su sexo, llenen pusilanimidades de mujer nerviosa y asustadiza, ó vacilaciones de coqueta.
