Ejemplos con leyes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ya no hay más nobles que los que vienen de nobles, ni más aristocracia que la de la sangre vieja, porque no vivimos tiempos en que se puedan hacer nuevos nobles ni nuevos santos, nuevos nobles, porque en nuestra sociedad no hay ocasiones en que acreditar la bravura personal, nuevos santos, porque todos estamos tan bien protegidos por las leyes, que ni a los más tímidos se les pone en trance de que muestren su timidez en términos de santidad.
Los pueblos gimen agobiados por los impuestos más insoportables, la familia está amenazada de un cataclismo, porque las leyes se hacen y se interpretan por gentes sin arraigo, sin moralidad y sin contingencia.
Lo inorgánico se rige por leyes serenas, no contingentes.
Lo que yo quería y quiero es que la nación tenga un buen amo, un señor recto, excelente católico, que, sin monsergas de leyes ni de Cortes, nos gobierne a todos con el pan en una mano y el palo en la otra.
Poner su mano los hombres sobre cuanto existe en el mundo será la obra santa, la revolución redentora del porvenir, apoderarse ahora unos cuantos de lo que con arreglo a la moral imperante no es suyo, resulta un delito para las leyes burguesas, y para mí es un atentado contra los desheredados, únicos dueños de lo existente.
El amor es el instinto de la conservación de la especie, pero el nuestro será incompleto, no por odiar, como los santos, las leyes de la Naturaleza, sino porque las luchas de la vida nos han herido de muerte.
Dos seres entre los cuales no existe afinidad podían encontrarse, por leyes falsas de la vida, en continuo contacto, y sin embargo, no compenetrarse, no confundirse.
No existirán leyes, ni penas, y las asociaciones voluntarias suplirán, por la influencia de la razón, las imposiciones presentes del autoritarismo.
Es por ese respeto al semejante que siente todo espíritu superior, por la consideración de que la violencia debe ser evitada, ya que, si todos se entregasen a ella, la vida social desaparecería Cuando este pensamiento, que hoy es el de unos pocos, se extienda, abarcando a toda la humanidad, los hombres vivirán por su propia conciencia, sin leyes y sin gendarmes, trabajando por deber social, sin necesitar del hombre como único resorte de actividad y de la explotación sin entrañas como único medio de descanso.
Había que saber si cuando todo fuese de todos, cuando el hombre tuviese reconocido su derecho a la felicidad, sin leyes ni coacciones que le obligasen a la producción, querría trabajar, siendo el trabajo una necesidad y no una virtud, como dicen para embellecerlo los que lo explotan.
Quien salta esta barrera, no por vicio, sino por pasión irresistible, porque no puede vencer el impulso de crear una familia y tener una compañera, ése falta indudablemente a las leyes de la Iglesia, pero no desobedece a Dios.
¿Y los gobernantes, las leyes y las costumbres de la sociedad?preguntó el campanero.
Si faltara mi hijo a todas las leyes humanas y le condujeran al patíbulo, hasta él le acompañaría yo, desafiando la execración de las gentes, sin que por un momento negase que era obra mía.
Al que falta a las leyes de la familia, al que deserta de su bandera, tú lo condenas para siempre, lo sentencias a la muerte del olvido, yo compadezco su debilidad y lo perdono.
Y don Antolín reía sarcásticamente, como si este porvenir por él evocado fuese un absurdo contrario a las leyes eternas.
Se había apoderado de la sociedad la locura del miedo y atrepellaba leyes y respetos humanos para defenderse.
Luna gustaba de la existencia libre y sin leyes de la guerra con la avidez de un colegial que sale de su encierro, pero no podía ocultar la decepción dolorosa que le producía la vista de aquellos ejércitos de la Fe.
Gabriel alababa al leer esto la prudencia y la tolerancia del buen moro Abu-Walid, pero aún admiraba más, con entusiasmo de seminarista, a aquellos prelados fieros, intransigentes y batalladores, que atrepellaban leyes y pueblos para mayor gloria de Dios.
Ellos compilan las leyes, ellos ungen con el óleo santo la cabeza de los monarcas, ellos improvisan rey a Wamba, conspiran contra la vida de Égica, y los concilios reunidos en la basílica de Santa Leocadia son asambleas políticas, en las que la mitra está sobre el trono y la corona del rey a los pies del prelado.
Las contrariedades de la existencia, las leyes y costumbres inventadas por los hombres, ¿qué son ante el instintivo afecto por los seres que han salido de nosotros y perpetúan la variedad infinita de nuestras habitudes y pensamientos? Aborrezco a los miserables que, por no turbar la paz burguesa del matrimonio, abandonan los hijos que tuvieron fuera de su casa.
Enfurecíale que la vida pasase junto a su puerta sin poder aprovecharla, porque así lo querían las leyes.
Los desolados campos eran el talismán que mantenía íntimamente unidos a los huertanos, en continuo tacto de codos: un monumento que proclamaba su poder sobre los dueños, el milagro de la solidaridad de la miseria contra las leyes y la riqueza de los que son señores de las tierras sin trabajarlas ni sudar sobre sus terrones.
¿Y todo por qué? Por la injusticia de los hombres, porque hay leyes para molestar a los trabajadores honrados.
La conducta social tiene sus leyes que en ninguna parte están escritas, pero que se sienten y no se pueden conculcar.
La otra determinación positiva de clases, el dinero, está fundada en principios económicos tan inmutables como las leyes físicas, y querer impedirla viene a ser lo mismo que intentar beberse la mar.
Fortunata no entendía palotada de estas leyes.
Porque verás túcontinuó Rubín, expresándose con alma, el amor es la ley de las leyes, el amor gobierna el mundo.
La idea de que su hermano andaba de picos pardos regocijaba a Maxi porque ahora se verádecía, quién es más juicioso, quién cumple mejor las leyes de la moral.
Con que aquí hace cada cual lo que le da la gana, sin tener en cuenta las leyes divinas ni humanas, y haciendo mangas y capirotes de la religión, de la dignidad de la familia.
Ya que he inculcado en el ánimo de mi prima la idea de la desobediencia, que sea al menos al amparo de las leyes sociales.

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