Ejemplos con levantaba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El tronco era realmente un tronco, un leño robusto, asentado sobre cuatro patas, más ancho por la grupa que por los pechos, y sobre ellos se levantaba una tabla ancha y delgada, a manera de cuello, en donde encajaba, con juego articulado y la planta hacia arriba, una horma de hierro, que vista de perfil era enteramente una cabeza de caballo.
Pero tampoco le salía la cuenta, porque se levantaba una figura ruin y mal trajeada, que, con voz de grillo mal emitida, soltaba un aluvión de párrafos enmarañados que nadie se tomaba la molestia de desenredar, o un finchado presuntuoso, que entre período y período de su discurso ponía una eternidad de paseos en corto, estirones de chaleco, montaduras de lente y mares de agua con azúcar, ya un perezoso desaplomado Adán, que parecía las pocas y desmadejadas frases que decía a fuerza de restregarse contra el banco y de tirar de sus bragas hacia arriba, o un mozo encanijado y presumido, que sin ciencia, sin virtudes, sin voz y sin palabra, quería convencer como los sabios y convertir como los justos, ya un osado boquirrubio, cuyo único afán era medir sus fuerzas con las de los del Parlamento, que se guardaban muy bien de replicarle, ya un viejo atrabiliario, cuyos furores causaban risa y cuyos chistes hacían llorar de compasión, ya una especie de cuáquero mugriento, demagogo impenitente, que vociferaba sobre justicia y amor al prójimo, no en nombre de Dios, a quien negaba, blasfemo, sino de una razón que parecía faltarle a él, ya que no a los que en santa calma le escuchaban.
De tiempo en tiempo levantaba los brazos y los dejaba caer pesadamente.
Siempre que Apolonio veía dos dándose de puñadas y revolcándose por el suelo, si se levantaba alguna polvareda, decía: Ha llegado el punto trágico, eso no es polvo blanco, son las divinidades violentas, envidiosas de la vida ligera de los hombres, diluidas en el aire fino.
Solía impacientársele el Inteleto a los postres, y tan pronto como Xuantipa se levantaba a fregar la loza, Belarmino se evadía furtivamente al Círculo republicano.
Mariano oyó un ruido metálico: vio cómo el zapaterillo levantaba el brazo armado con el manojo de llaves caído en los peldaños de la verja, y después oyó un choque de extraña sonoridad, como si golpeasen algo hueco.
Luna se levantaba y recorría la iglesia, visitando los contadores para marcar su ronda.
El sacristán levantaba los hombros con desprecio.
Y el sencillo servidor del templo levantaba sus manos con expresión de súplica, mientras sus ojos se empañaban con lágrimas.
Cuando le anunciaban, que pronto se restablecerían los conventos, levantaba los hombros con indiferencia.
Un obstáculo invisible se levantaba entre él y los suyos.
Por las noches, abandonando a su amigo Rafael, asistía a la tertulia de las de Pajares, y no contento con las largas conversaciones que allí sostenía con su novia, todavía por las mañanas, a la hora en que Amparo estaba en el tocador, las criadas en el Mercado y la mamá en la cama, subía la escalera, y en el rellano, ante la puerta entreabierta de la habitación, hablaba más de una hora con Conchita, hasta que se levantaba doña Manuela y comenzaba el movimiento de la casa.
De ordinario, acabado el desayuno, mientras señora Juana retiraba los platos, Andrés se levantaba y se iba a la cocina:.
Allí se detenía un instante, y luego como que se levantaba ansiosa de volver a las alturas, para remontarse a los cielos en pos de los astros que iban palideciendo y borrándose en la ténue claridad del crepúsculo.
El abuelito nos levantaba tempranito.
La anciana se levantaba para ir a sus quehaceres, y al pasar detrás de nosotros se detenía y nos acariciaba, a mí, estrechando mi frente entre sus manos, a ella, dándole una palmadita en cada mejilla.
Al concluir el alegre desayuno, cuando me levantaba yo ahito de pasteles, mi tía Pepa, entre afable y severa, me detuvo diciendo:.
Como vivía en la Cava de San Miguel, desde que se levantaba, a la primera luz del día, echaba una mirada de águila sobre los cajones de la plaza.

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