Ejemplos con intranquilidad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La intranquilidad lo consume, la impotencia le martirizan, nada puede hacer por socorrer a la gente que le aguarda en los asentamientos australes.
Desde entonces Marietta asumió el mando del ejército en Quito y los miembros del Concejo Cantonal y empleados públicos proclamaron la dictadura de su tío, que obtuvo algún respaldo en los pueblos, pero en Junio se insurreccionó Esmeraldas con Eloy Alfaro que llegó de Panamá y comenzaron las guerrillas a sembrar la intranquilidad en el litoral.
La reforma religiosa de Enrique VIII, a pesar de que no fue tan rigurosa como en Inglaterra, causó intranquilidad, y el Señor Diputado, Anthony St Leger pudo sobornar a la oposición mediante la concesión de tierras confiscadas de los monasterios a los nobles irlandeses.
La satisfacción de los deseos es lo que nos produce placer, que, para los epicureístas es lo que nos lleva a la felicidad, sin embargo, existen placeres que son completamente vanos y que nos producen un dolor mayor que el placer inicial, estos placeres producen intranquilidad y deben ser evitados por la razón ya que nos alejan de la ataraxia.
La intranquilidad de su conciencia era la prueba.
Todos elevaban los brazos, exhibiendo las manos bien abiertas: Temían, con la intranquilidad del remordimiento, que los matasen inmediatamente.
Si cantaba, con una voz que se esparcía por los adentros del alma, como la luz de la mañana por los campos verdes, dejaba en el espíritu una grata intranquilidad, como de quien ha entrevisto, puesto por un momento fuera del mundo, aquellas musicales claridades que solo en las horas de hacer bien, o de tratar a quien lo hace, distingue entre sus propias nieblas el alma.
La intranquilidad en que Obdulia y yo vivíamos se calmó con las noticias que de Villaviciosa trajeron el ordinario y otras ordinarias personas.
Y aumentaba mi intranquilidad la confusión en que me tiene la persona moral del Arcipreste, cuyo carácter verdadero no he podido penetrar en trato tan corto.
Estaba en la edad de los caprichos y las , y ella, después de la tarde en que la había sorprendido en el jardín con el ingenierillo, sentía cierta intranquilidad.
Era la inquietud del peligro que había quedado fija en él para siempre, el hábito de la intranquilidad contraído en los obscuros calabozos, cuando esperaba a todas horas ver abrirse la puerta para ser apaleado como un perro o conducido al cuadro de ejecución ante la doble fila de fusiles, y a más de esto, la costumbre de vivir vigilado en todos los países, presintiendo el espionaje de la policía en torno de él, sorprendido en medio de la noche en cuartos de posada por la orden de salir inmediatamente, la zozobra del antiguo Asheverus, que apenas gustaba un instante del descanso, oía el eterno Anda, anda.
Por fin sacó de sus crueles dudas a la señora y señoritas manchegas Rafaela del Milagro, que sabedora de su intranquilidad, en la casa se personó muy temprano.
Fernando, lo que puso a su mentor en grande intranquilidad, privándole del sueño.
Sólo quedaba, allá en lo más hondo, un pequeño rincón, donde no penetraba bien la luz, y donde, de cierta manera confusa, había como un germen, como una semilla apenas perceptible de disgusto y de intranquilidad.
No iría mediada aún la lectura, cuando doña Luz, que comenzó a leer sentada, se puso de pie manifestando intranquilidad.
Doña Bárbara vivía en la mayor intranquilidad, y cuando alguien le contaba que había visto a su ídolo en compañía de un individuo del arte del cuerno, se subía a la parra y Mira, Juan, creo que tú y yo vamos a perder las amistades.
La luz de una vela que Pepe había dejado en la habitación contigua iluminaba temblorosamente el cuadro, y en el rostro del viejo aparecía impresa la curiosa intranquilidad que le preocupaba.
Uno de sus temas era este: Conviene que todo el mundo coma porque el hambre y la pobretería son lo que más estorba la acción de los gobiernos, lo que da calor a las revoluciones, manteniendo a la nación en la intranquilidad y el desbarajuste.
Pasó la noche en grandísima intranquilidad.
La intranquilidad le consumía.
Y en éstas estamos, es decir, España, sin Gobierno, la Hacienda, sin un cuarto, los españoles, muertos de hambre y de intranquilidad, los partidos salvadores, disputándose a greña tendida el número de carteras que se les ha de dar en el nuevo Gobierno, y Ruiz Zorrilla, cada semana, en las Cortes, y ''La Iberia'', todos los días en su papel, llamando ladrones a los moderados porque daban comidas y vivían con ostentación y gobernaban mal.
Sin embargo, estaba muy preocupada y el desasosiego de su persona que iba de un lado a otro sin objeto determinado, demostraba bien claramente su intranquilidad.
Y el Torongiles, al decir esto, se mordió los labios, el tono zumbón de Joselito había aumentado su intranquilidad, y cuando algunos minutos después se encontró en mitad de la calle, respiró a pleno pulmón decidido a no volver a intentar un enganche con aquel mozo, de cuya sangrienta hazaña hubiera querido conocer más pormenores, pero no le pareció discreto inquirir nada, no fuese a pensar la gente que lo hacía aconsejado por la prudencia y el temor.
Paco estaba lleno de intranquilidad, no podía explicarse la actitud de su Amparo, aquel cambio tan brusco y sorprendente llenábale de inquietud el corazón.
El vino le supo bien, aunque no era muy dulce, y sintió no haber podido saborearlo mejor por la intranquilidad en que estuvo temiendo que le vieran.
En algún instante hubiera preferido estar preso con los gendarmes, y que todo hubiera pasado de otra manera, de seguro entonces no tendría tanta intranquilidad.
Informo a ustedes del suceso, porque es mi deber procurar que nada ignoren, mas no vean en él motivo alguno de intranquilidad, pues para mí no lo hay.
Corrillos de oficiales obstruían los lugares de mayor tránsito: en unos se advertía la intranquilidad, en otros la tristeza.
Durante el día, observáronle más sereno y en vías de recobrar su equilibrio, mas por la noche advirtieron de nuevo en él cierta intranquilidad, y una insistencia monomaníaca en hablar de fueros netos, intangibles.
Paseábase en el largo y desamparado salón que conocemos, con las manos enlazadas sobre los riñones, carraspeando a veces, bufando muy a menudo, y siempre con la faz cargada de centellas, mientras Bastián, derribado sobre una silla vieja arrimada a la pared, con las zancas extendidas cuanto eran de largas, las manos en los bolsillos del pantalón, la nuca contra el respaldo, la bocaza y la vista vagando por el techo, lamentábase en silencio de la reclusión en que se le tenía desde la noche de los palos, rascábase las ronchas de cuando en cuando, y no olvidaba un punto a Tasia ni se le apartaba de la memoria Macabeo, causas primordiales de aquel nocturno siniestro y de la creciente intranquilidad de su espíritu desde entonces.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba