Ejemplos con indiferencias

Cruda fue la pregunta, y harto excusada, por cierto, pero ya se habrá notado que a Pablo le gustaba mucho que le pusieran los puntos sobre las ii, y Ana no tuvo otro remedio que responder clara, precisa y terminantemente, según el sentir de su corazón, sentir tan viejo en ella, por las trazas, como las ya fenecidas indiferencias de Pablo, con lo que éste se encalabrinó hasta el punto de que quiso hacer público el suceso y llevar las tramitaciones por la posta.

Tras una fisonomía como aquélla, lo mismo podía albergarse el fuego de todas las pasiones, que el hielo de todas las indiferencias: todo parecía caber en aquel busto majestuoso, menos la pueril veleidad de femenil coquetería.

«Fernando» dijo y no «Mauricio», entre las dos indiferencias olvidaba mejor la del esposo, que nunca parece tan total como la de los hijos, porque nunca se le ha dado tanto.

Y, sin embargo, mientras que en la esfera de la vida práctica y externa ha despojado a la energía de su libertad y a la actividad de su libre discernimiento, de su elección, en la esfera subjetiva, que es donde el alma actúa, llega a nosotros esa sombra te¬rrible con múltiples dádivas en sus manos: extraños tempe¬ramentos y sutiles susceptibilidades, bárbaros ardores y gla¬ciales indiferencias, dones multiformes y complejos de pensamientos contradictorios y de pasiones en pugna con¬sigo mismas.

Nadie supo tocarla, ninguno fue capaz de romper el desprecio que escondía en corteses indiferencias.

Impasible e impecable la naturaleza seguía el decurso de sus indiferencias, segura de su verdadera inmortalidad, no obstante los humanos.

Las calles iniciaban el diario ajetreo, eterno peregrinar del hombre a la búsqueda de un sustento artificioso y se aglomeraban las indiferencias en los intereses de cada quien.

agitar las indiferencias que no lo escuchaban ni lo.

A su lado, todo un mundo de indiferencias se atropellaba.