Ejemplos con impedía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al mismo tiempo¡cosa extraña en él!experimentó cierta timidez que le impedía hablar, una timidez semejante a la que había sentido en los tiempos de su primera juventud, cuando, lejos de las fáciles conquistas en su predio de Mallorca, se atrevió a dirigirse a las señoras conocidas en la península española ¿No era un acto indigno de él hablar de amor a aquella muchacha a la que había visto como niña hasta poco antes y que le respetaba cual si fuese su padre?.
Uno de les profesores escribió al conde que a mi padre el exceso de imaginación le impedía concentrarse y estudiar con disciplina y provecho.
Todos estos diálogos, y otros muchos por el estilo, oía don Simón a su entrada en los Ministerios, mientras se abría paso entre aquel enmarañado laberinto de pretendientes y otorgantes, y en semejante ocasión, como era bastante novel en el tráfico para haber perdido el rubor por completo, solían saltarle a la cara algunas chispas de él, lo cual no le impedía llegar con sus peticiones al punto en que habían de ser atendidas.
Pero esto no le impedía esperar, para cuando fuese ingeniero, la protección oficial atesorada por cuatro generaciones de Lacour dedicadas al servicio de la República.
Sacó Lucía del bolsillo un pañolito de seda, con esmero doblado, lo extendió delicadamente sobre el cojín, y se tendió reclinando la cabeza en donde el pañuelo impedía el roce con el paño sobado del forro.
Ningún obstáculo impedía su visión por estas roturas.
Pero ¡ay! el Breve pontificio llegó en un tiempo en que atacado de una enfermedad que me impedía hacer largos viajes, sólo me dejaba la esperanza de diferir mi empresa para cuando hubiese conseguido la salud.
Hasta se le impedía ir a la barbería, por temor de que se gastase los dos reales.
Después le habló del tiempo, de la posibilidad de que aquel nordeste vivo se trocase pronto en vendaval cerrado, y no pudiesen salir los barcos de la carrera de América, se quejó en seguida del polvo que había en los caminos, lo cual le impedía pasear, se enteró del precio del bacalao y de las noticias que había de la pesca en Terranova.
¡Proponer a María Villasis para presidenta! ¡Si eso no se le ocurre ni al que asó la manteca! Y claro está, sucedió lo que tenía que suceder: que la muy mojigata dio con todo al traste, pero con un atrevimiento, con una insolencia, aludiendo claramente a la pobre Curra, diciendo con una risita de mil demonios que su modestia le impedía ser ella presidenta donde había una vicepresidenta tan digna Y la pobre Curra calló, calló por prudencia, pero bien se le conoció que quedaba sentidísima.
Y siempre una reunión política, un viaje o un incidente revolucionario de molestas consecuencias me impedía escribir a mi futuro traductor.
iba detrás, intentando perseguirle, sujeto y contenido por los fuertes brazos de unos mocetones, desahogando su rabia contra aquel bruto que le impedía defender lo suyo.
Esta devoción no les impedía que riesen cantando, y por lo bajo, entre oración y oración, se insultasen y apalabrasen para darse cuatro arañazos a la salida, pues estas muchachas morenas, esclavizadas por la rígida tiranía que reina en la familia labriega y obligadas por preocupación hereditaria a estar siempre ante los hombres con los ojos bajos, eran allí verdaderos demonios al verse juntas y sin freno, complaciéndose sus lenguas en soltar todo lo oído en los caminos a carreteros y labradores.
Pero esta calma no le impedía ir pensando en lo aventurado que era recorrer la huerta a tales horas teniendo enemigos.
La mancha se agrandaba, tenía una forma parecida a la puerta de su , y salía por ella un humo denso, nauseabundo, un hedor de paja quemada que le impedía respirar.
Aquel golpe terrible no anonadó a Currita, ni le infundió tampoco el extraño sentimiento, mezcla de pavor y de ira, que al recibir en Loyola un bofetón semejante la había obligado a confundirse, y a humillarse, y a callar Detrás de la mano de Pedro Fernández había visto entonces la mano de Dios, que le impedía profanar con el escándalo de su vida su santa casa, y detrás del bofetón del mayordomo de Palacio tan sólo veía la mano del rey, que no era para ella una idea, sino un hombre, contra el cual se podía luchar y al cual se le podía también vencer.
Apretando los puños de rabia y de despecho, entró la dama en su berlina y dio orden al cochero de ir a casa del general Belluga Aquella taimada risita del jockey, aquel barullo inverosímil que le impedía ver si su amo acompañaba a unas damas, dábanle malísima espina y preciso era que ella apurase la verdad por sí misma.
Su constitución física distaba mucho de corresponder a sus bríos espirituales, y, aunque no tenía aún cuarenta años, ya en sus últimas cartas se quejaba dulcemente de lo quebrantado de su salud, que le impedía trabajar en empresas activas, y le estorbaba algo en sus estudios.
Estaba Rubín tan desconcertado como si las dos mujeres allí presentes fuesen remilgadas damas o alumnas de un colegio monjil, pero su timidez le impedía mandar callar a Olmedo.
Su obesidad no le impedía ser ágil y diligentísima en aquella faena.

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