Ejemplos con gorja

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La gorja del padre es un espacio priviligiado de naturaleza que presenta un salto de agua y una balsa de una gran belleza.
¿No valían sus caprichos la pena de botar la plata ? Fué el viaje una pura gorja en que a cada momento tuvo la bella indiana descubiertas por tentadora sonrisa las perlas nitescentes de su boca.
—Ya sabemos aquí, dijo Cortadillo, señor Monipodio, qué quiere decir ansias, y para todo tenemos ánimos, porque no somos tan ignorantes, que no se nos alcance que lo que dice la lengua paga la gorja, y harta merced le hace el cielo al hombre atrevido, por no darle otro título, que le deja en su lengua su vida o su muerte, como si tuviese mas letras un no que un sí.
-Ya sabemos aquí -dijo Cortadillo-, señor Monipodio, qué quiere decir ansias, y para todo tenemos ánimo, porque no somos tan ignorantes que no se nos alcance que lo que dice la lengua paga la gorja, y harta merced le hace el cielo al hombre atrevido, por no darle otro título, que le deja en su lengua su vida o su muerte, ¡como si tuviese más letras un no que un sí!.
Débil, extinguido, salió por fin un acento de la apretada gorja.
Ventura se asfixiaba, una bola candente, enorme, subía impetuosa, empujada sin duda por diabólicas manos, de su vientre a sus pulmones y de éstos a su gorja, al mismo tragadero y respiradero, ni el chillido de desesperación lograba abrirse camino, el torso de la moza empezaba a arquearse, el busto se echaba atrás violentamente, a pesar del esfuerzo de los que la contenían.
No estoy de gorja, dixo el padre, no me mamo el dedo.
-¡Oígate Dios, compadre, y lo que dice tu lengua pague tu gorja! -le contestó Gómez Pérez, entre mohíno y zumbático, y obedeciendo la orden de Juan de Rada se regresó el muy cobardote al callejón de los Clérigos.
Pero es preciso convenir en que a veces Dios está con humor de gorja, porque oye hasta la plegaria de los pícaros.
Pena de la vida al soldado que sin su permiso enfrenase el caballo, pena de la vida al que vagase por los arrabales de la ciudad, pena de la vida al que murmurase de sus jefes, y, en una palabra, los pizarristas no ganaban para sustos, pues menudeaban las ordenanzas que les ponían la gorja en peligro de intimar relaciones con la cuerda de cáñamo.
río —tormentoso torrente en estrecha gorja—, y a la derecha, como un brazo.

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