Ejemplos con furtivo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pascual Duarte es un campesino español, cazador furtivo, recluta a la fuerza en la guerra de África, pobre, huraño, poseído por una áurea de fatalismo y mala suerte que se manifiesta a través de sus largos silencios y sus miradas que se pierden en el vacío.
La serie narra la lucha atávica por el dominio de la tierra entre Juan Lobón, un cazador furtivo, y los dueños de las parcelas en la Andalucía rural de la posguerra española.
Aun así podía combinar roles de soprano pura como Agatha en el Cazador Furtivo, Donna Anna en Don Giovanni de Mozart, Semiramide, Desdemona en Otello o Amenaide en Tancredi de Rossini, las partes de soprano de La Novena Sinfonía o La Misa Solemne de Beethoven o Lucrezia Borgia de Donizetti con roles graves de mezzosoprano como Rosina en el Barbero de Sevilla o Isabella en La Italiana en Argel.
Lionel se convierte en cazador y pescador furtivo y Perdita alimenta su extraño aislamiento.
La abundancia del ganado vacuno, que se reprodujo ampliamente debido a las condiciones favorables de las pasturas del territorio, atrajo por el norte las incursiones de los portugueses desde el Brasil, así como el establecimiento furtivo de campamentos de faeneros, dedicadas a obtener el cuero, que era inicialmente el único producto aprovechado de ese ganado.
Al igual que su tótem, El Clan de la Serpiente sabe el valor de un enfoque furtivo y de la astucia.
También pueden especializarse en Ashrak tecnologías, como habilidades de encubrimiento, convirtiéndose en amos de los ataques furtivo.
Amigo de una dulce sombra que no he visto nunca pero que me ha hablado a través de unas bocas y de unos paisajes por donde nunca fue nube, paso furtivo o animalito asustado en un rincón.
Vincent Kraken, cazador furtivo empeñado con capturar y matar a un ejemplar de cada animal existente digno de cazarse, de acuerdo con la historia, su camino lo lleva en algún momento hasta la Selva Lacandona, en donde, debido a un accidente de viaje, uno de los lobos que lleva encerrado se escapa de su jaula para después regresar como el temible Lobolux, Kraken y Lobolux se vuelven enemigos desde ese instante, aunque no se sabe hasta qué punto los papeles de cazador y presa se invierten.
Reynoso aprovechó aquel furtivo rayo de sol para consolarla.
La anciana se volvió a dormir, y entonces siguió la interrumpida conversación, e interrumpida de tal modo que nos dejó turbados, como si fuéramos dos amantes sorprendidos en furtivo coloquio.
Éste, conteniendo hasta el respirar, andando con paso furtivo, rápido y cautelosoel andar de la gata que lleva a sus cachorros entre los dientes, colgados de la piel del pescuezo, se dirigió a buscar la salida por el claustro, pues de cruzar la cocina era probable una sorpresa.
Doña María encerraba su enojo en lo más hondo del pecho, y aunque harto se le conocían la inquietud y la ira en el furtivo centellear de sus negros ojos, nada dijo que comprometiera su dignidad, y deseando que su hijo variase de conversación, le preguntó si había hecho en Córdoba las visitas a la señora marquesa de Leiva y su sobrina.
Era un cazador furtivo de esos que cazan venados en el coto de Doñana.
El único que no preguntaba, y hasta ponía cara de fisga, era Jácome Fidalgo, alias Mansegura, cazador furtivo injerto en contrabandista y sabe Dios si algo más: ¡buen punto! Acababa el tal de mercar un rollo de alambre, para amañar sus jaulas de codorniz y perdiz, y con el rollo en la derecha, su chiquillo agarrado a la izquierda, la vetusta carabina terciada al hombro, contraída la cara en una mueca de escepticismo, aguardaba la sentencia relativa a la consabida endrómena.
el contacto furtivo de tus labios de seda.
Por el angosto tragaluz pasa en este instante un furtivo rayo de sol.
Corazón del amante abierto de amor furtivo,.
Se pasó un poco de agua por la cara, se puso el abrigo largo y el velillo, y a paso furtivo salió de casa y bajó las escaleras.
Y abandonando su furtivo lecho,.
A lo sumo un abrazo furtivo, un beso como un rasguño.
No de allí a mucho, un paso furtivo hizo crujir la arena del sendero, y una joven cuyo modesto vestido indicaba una criada, salió detrás de un grupo de árboles y se acercó al embozado.
Ese muchacho turbulento, hijo pródigo de familia burguesa, inaplacable corredor de aventuras, casado antes de tiempo por reparar la honra de una mujer de más años que él, gran bebedor, cazador furtivo, que llega a escribir para el teatro por sugestión de su oficio fortuito de cómico de baja estofa, produciendo, con absoluto desgaire y despreocupación del arte y la fama, maravillas de cuyos quilates, ciertamente, nunca tuvo sospecha, y que luego, apenas logra redondear algunos bienes de fortuna, se retira, en plena fuerza de edad, a la aldea, como cualquier hombre vulgar que asienta el seso después de pasado el hervor de la juventud, y en la aldea lleva vida de juicioso propietario, ejerciendo cargos comunales, administrando su peculio y prestando dinero a logro, sin que nunca más muestre la menor veleidad de invención poética, ni el más mínimo interés por la suerte de sus obras, dispersas y a pique de perderse en abandonados manuscritos, ni la más insignificante afección por el mundo de criaturas ideales a que ha dado vida y gloria perennes: es rareza que sugiere la idea de un cambio de personalidad, como el del magnetizado que, vuelto a su ser autonómico, no guarda impresión ni recuerdo de lo que dijo o hizo mientras lo embargaba una voluntad ajena, que en este caso referiríamos a influjo sobrenatural: a la obsesión de un numen.
Pero, en el teatro, mis miradas no se apartaban del palco de Águeda y después de una campaña de gemelos se me figuró que correspondía con mirar dulce, furtivo y triste.
Todo estaba arreglado, consentían los padres, la niña no pedía otra cosa, y quién sabe si ya no habrían cambiado, en la propicia penumbra tan paternalmente proporcionada al patio de la casa por el hermoso sauce que ahí estaba, uno que otro beso furtivo, para afianzar mejor las palabras dadas.
Esta vez no era el tímido roer del ratón furtivo y porfiado: la sierra ya apretaba de firme: desde fuera hacían un agujero amplio, redondo, para que cupiese por él la mano del ladrón, y descorriendo los cerrojos, pudiese franquear la entrada.
El silencio era profundo: nadie pasaba por la calle, y en las viejas vigas de la techumbre, el trote de los roedores resonaba furtivo y burlón, como diablura de escondido duendezuelo.
¿Y decís que, en sus ratos perdidos, el buen hombre era furtivo?.
He sido educado en el campo, y mi padre, en sus momentos de apuro, era algo furtivo.
Atravesó el frente meridional de la ciudad, siguió a lo largo aquella misma calle que en otro tiempo vino a buscar otro hombre, como él ahora, nocturno y furtivo.

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