Ejemplos con entristece

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Marge le dice para consolarlo que la ha hecho muy feliz pero no se conforma con eso y se entristece.
Candace se entristece porque nadie vera su cara por llevar una máscara de monstruo, pero el productor le dice que al final hay una escena dramática donde el hechizo de monstruo se rompe y la cara de Candace se podrá ver.
Sara le cuenta de su decisión de dejar el grupo a Hilario, el se entristece de esta decisión pero la aprueba.
Mickey decide quedarse en el mundo paralelo para pelear contra los Cybermen, y Rose se entristece por que nunca lo volverá a ver.
A veces se entristece por haber perdido a su mejor amigo, Dragón, y por ver cómo se convirtió en un villano que quiere destruirlo todo.
Expresará en una carta más tarde Me entristece esta ingratitud por mis servicios que hacen que el menor de mis infortunios sea perder la devoción que sentía por Chile.
Manon, feliz de que Geronte se ha ido, se entristece cuando Des Grieux le dice que tienen que huir inmediatamente del palacio.
Marge se entristece y Homer decide reconstruir un carrusel que era la atracción favorita de Marge.
Bart se entristece al ver el esqueleto de Jonás, quien era amigo suyo, dentro de la ballena.
Inmediatamente se aburre, pero comienza a interesarse en la obra cuando Marge aparece sobre el escenario, y se entristece al ver la forma en que Stanley trata a Blanche.
Lisa se entristece, pensando que nadie escucharía su poema jamás.
Jacinta recuerda momentos duros de su juventud y se entristece, estos momentos tienen que ver con el padre de Elsa y por eso las toma con ella.
Homer se entristece, hasta que Mick Jagger le ofrece una oportunidad para formar parte de un concierto de caridad, llamado Concierto para Planet Hollywood.
No, mi tristeza es inexplicable, y esto me entristece más aún.
Después de esperar ansiosamente el retorno de Russel de Europa, Kate se entristece al ver cuanto había cambiado el hombre con el que se había casado.
Clara, quien sentía aprecio por Férula, se entristece por esto e intenta encontrarla con sus poderes, pero todo intento resulta inútil, sólo la verían en forma de espíritu el día en que muere.
Don Joaquín hombre de pobre destreza social que se describe como un pelma , no tiene una gran razón para viajar a París, y se entristece por los insultos de Rosa y su inhabilidad de ganar la amistad de otros.
Después de hacer todos los preparativos, ella y su madre parten para Buenos Aires, Patito se entristece por no poder llevar a su perro, Matías, así que, a escondidas, lo trae en su bolso de viaje, pero lo que no se imaginaría es que se quedaría más tiempo de lo esperado.
Tú no tienes confianza conmigo, Carmen, eso me entristece.
Y si usted se entristece ¿por qué piensa en ello? Lo mejor es pensar siempre en cosas alegres, en los teatros, en los toros, en las sesiones del Congreso ¡Ay!, yo me muero por las sesiones del Congreso.
Y la lluvia, y el viento, y el agua, todo me encanta y todo me entristece.
Lo pasado nos entristece con el recuerdo del bien perdido, en lo presente no encontramos la dicha, lo porvenir nos llena de espanto.
No lloras por tu hijo, lo que te entristece es la miseria que se aproxima, la ruina de tu Cuadros.
Otras veces acabadas de untar, a nuestro parecer mudamos forma, y convertidas en gallos, lechuzas o cuervos, vamos al lugar donde nuestro dueño nos espera, y allí cobramos nuestra primera forma, y gozamos de los deleites, que te dejo de decir por ser tales, que la memoria se escandaliza en acordarse dellos, y así la lengua huye de contarlos, y con todo esto soy bruja, y cubro con la capa de la hipocresía todas mis muchas faltas: verdad es que si algunos me estiman y honran por buena, no faltan muchos que me dicen no dos dedos del oido el nombre de las fiestas, que es el que nos imprimió la furia de un juez colérico, que en los tiempos pasados tuvo que ver conmigo y con tu madre, depositando su ira en las manos de un verdugo, que por no estar sobornado usó de toda su plena potestad y rigor con nuestras espaldas, pero esto ya pasó, y todas las cosas se pasan, las memorias se acaban, las vidas no vuelven, las lenguas se cansan, los sucesos nuevos hacen olvidar los pasados: hospitalera soy, buenas muestras doy de mi proceder, buenos ratos me dan mis unturas, no soy tan vieja que no pueda vivir un año, puesto que tengo setenta y cinco: y ya que no puedo ayunar por la edad, ni rezar por los vaguidos, andar romerías por la flaqueza de mis piernas, ni dar limosna porque soy pobre, ni pensar en bien porque soy amiga de murmurar, y para haberlo de hacer es forzoso pensarlo primero, así que siempre mis pensamientos han de ser malos: con todo esto, sé que Dios es bueno y misericordioso, y que él sabe lo que ha de ser de mí, y basta, y quédese aquí esta plática, que verdaderamente me entristece: ven, hijo, y verásme untar, que todos los duelos con pan son ménos: el buen dia meterle en casa, pues miéntras se rie, no se llora: quiero decir, que aunque los gustos que nos da el demonio son aparentes y falsos, todavía nos parecen gustos, y el deleite mucho mayor es imaginado, que gozado, aunque en los verdaderos gustos debe de ser al contrario.
Es costumbre antigua en esta ínsula, señor gobernador, que el que viene a tomar posesión desta famosa ínsula está obligado a responder a una pregunta que se le hiciere, que sea algo intricada y dificultosa, de cuya respuesta el pueblo toma y toca el pulso del ingenio de su nuevo gobernador, y así, o se alegra o se entristece con su venida.
Mirad, Teresa respondió Sancho: yo estoy alegre porque tengo determinado de volver a servir a mi amo don Quijote, el cual quiere la vez tercera salir a buscar las aventuras, y yo vuelvo a salir con él, porque lo quiere así mi necesidad, junto con la esperanza, que me alegra, de pensar si podré hallar otros cien escudos como los ya gastados, puesto que me entristece el haberme de apartar de ti y de mis hijos, y si Dios quisiera darme de comer a pie enjuto y en mi casa, sin traerme por vericuetos y encrucijadas, pues lo podía hacer a poca costa y no más de quererlo, claro está que mi alegría fuera más firme y valedera, pues que la que tengo va mezclada con la tristeza del dejarte, así que, dije bien que holgara, si Dios quisiera, de no estar contento.

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