Ejemplos con entregaran

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Obligaron a general Zhang a tomar la acción, así que él envió a soldados para rodear Qingshan y pidió que le entregaran las armas.
Las catapultas se entregaran después.
Con dicho programa las autoridades de Estados Unidos buscaban negociar de manera secreta con narcotraficantes de Colombia con el fin de que estos se entregaran, delataran rutas de tráfico de drogas y demás información valiosa además de entregar buena parte de su patrimonio a los Estados Unidos a manera de indemnización y a cambio recibían residencia en ese país para ellos y sus familias.
Fueron varios los intentos llevados a cabo tanto por los estadounidenses como por los japoneses para convencer a los rezagados de que se entregaran.
Pero los aqueos siguieron enviando embajadores y Cleómenes demandó que le entregaran el liderazgo de la Liga, a cambio, él les devolvería a los prisioneros aqueos y las fortalezas que había capturado.
Teniendo conocimiento el Cantón de Granada de que el general insurrecto iba a exigir dinero a Motril, estos se ofrecieron a Motril para que no le entregaran nada, hasta el punto de asegurarles que si en ello insistía Contreras, el cantón granadino declararía la guerra al cantón cartagenero.
Después de más de tres años de huelga estos trabajadores consiguieron que los capitalistas les entregaran la mitad de su fábrica como pago de los salarios caídos y prestaciones.
Rhythm requería que los equipos entregaran cuatro instrumentos musicales a un club local.
Fue el primero en conseguir que esos pájaros entregaran mensajes sin necesidad de jinetes, y usó sus habilidades en favor de la Resistencia.
Dodds acampó en Cana, aceptó las propuestas del rey, pero reclamó una fuerte indemnización de guerra y que los fon entregaran todas las armas, lo que fue rechazado por estos.
Pasaba algún obrero, larga la barba, mal lavado y huraño el semblante, renqueando, soñoliento, el espinazo arqueado aún por la curvatura del sueño de plomo a que se entregaran la víspera sus miembros exhaustos.
Al cabo de un mes, las hojas de publicidad estaban llenas del relato de un caso extraordinario: el Príncipe Alejo Petrovich Zakunine, el nihilista feroz, el revolucionario implacable de quien nadie había tenido noticias durante tanto tiempo, había vuelto a Rusia, a Odesa, por la vía marítima: a bordo del vapor se había descubierto a los agentes de la policía para que le entregaran a la justicia.
Pero ha salido para Madrid, y las ha dejado no sé si a Echagüe o a Pepe Concha, para que las entregaran a usted si venía por aquí.
Cuando concluyeron, dijo a esta que había dado orden en el escritorio de que le entregaran el sobrante de su cuenta personal, con cuya noticia su puso la fundadora como unas castañuelas, y no pudiendo contener su alegría, se fue derecha a él, y le dijo: ¡Cuánto tengo que agradecer a mi querido ateo de mi alma! Sigue, sigue dándome esas pruebas de tu ateísmo, y los pobres te bendecirán ¿Ateo tú? ¡Ni aunque me lo jures lo he de creer!.
Después de mirarse el uno al otro, y de reojo al Mayoral, que empezaba a manifestar bastante inquietud, quizás se disponía el más viejo de los dos a hacer la breve cuanto dolorosa relación de sus trabajos y miserias, cuando don Cándido los atajó ordenando en alta voz que les entregaran la ropa nueva traída de La Habana para regalo de Pascua de la dotación del ingenio.
Las que salieron a la mar, a obra de dos millas descubrieron un bajel, que con la vista le marcaron por de hasta catorce o quince bancos, y así era la verdad, el cual bajel, cuando descubrió las galeras, se puso en caza, con intención y esperanza de escaparse por su ligereza, pero avínole mal, porque la galera capitana era de los más ligeros bajeles que en la mar navegaban, y así le fue entrando, que claramente los del bergantín conocieron que no podían escaparse, y así, el arráez quisiera que dejaran los remos y se entregaran, por no irritar a enojo al capitán que nuestras galeras regía.
Llamando, pues, a los magistrados de los Numantinos, les rogó que le entregaran las tablas, para no dar a sus contrarios ocasión de calumniarle por no tener con qué defenderse acerca de su administración.
Hiciéronle ruegos e instancias para que los recibiese, y entonces dijo a los que los traían que los entregaran a los Hilotas.
Ni era extraño que a estos sueños se entregaran los demás, cuando los mismos treinta no se aquietaban sin pensar e inquirir sobre él y sin mover frecuente conversación de lo que hacía y de lo que pensaba.
El forastero no había respondido una sola palabra a las chocantes indirectas de Gondra, esperando le entregaran su caña para retirarse, lo que envalentonó a Gondra, que lo siguió chocando con indirectas primero y con injurias después, cuando vio que el paisano aflojaba.
Luego, tras de haberle tratado con mucho miramiento y afabilidad, hizo que le entregaran mil monedas de oro, y antes de despedirle le invitó a volver al día siguiente, diciéndole: ¡Para mí, tu urbanidad será siempre un placer y tus buenos modales una delicia!.
Lejos de mostrarse ofendido por esta preferencia, el califa accedió inmediatamente a su demanda, haciendo que como regalo le entregaran cinco mil dinares más, y le dijo: ¡Podrás acaso ser tan experta en amor como lo eres en conocimientos espirituales! Luego quiso aún poner remate a su magnificencia, designando a Abul-Hassán para desempeñar un alto cargo en palacio, y le admitió en el número de sus favoritos más íntimos.
Al oír aquello, el califa se puso contentísimo, y dijo al jefe de los guardias: ¡Hay que ir a buscarle y traérmelo en brevísimo plazo! Y el jefe de los guardias contestó: ¡Escucho y obedezco! Entonces el califa mandó que le entregaran diez mil dinares para gastos de viaje, y el jefe de los guardias se puso en camino para Iskandaria, donde le encontraremos, si Alah quiere.
Enviaron unos delegados a los carneros para pedirles que les entregaran a sus perros diciéndoles:.

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