Ejemplos con elegíaco

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Su sucesor en el reino pacense Al-Mutawakkil fue protector de dos hermanos poetas epicúreos y melancólicos, los Al-Qabturnuh, y del gran elegíaco de la muerte del gran rey Al-Mutawakkil, ejecutado por los almorávides, Ibn Abdun.
En cuanto a la métrica, predomina el dístico elegíaco y se aprecia su admiración por Marcial, aunque sus influencias poéticas provienen sobre todo de Virgilio y Ovidio.
Trabajó meticulosa y amigablemente como músico de cámara, por ejemplo en el Trío Elegíaco y la Sonata para Cello en Sol menor de Rachmaninov.
Frente al tono elegíaco de la primera parte la segunda es más pindárica.
Originalmente, el harawi indio prehispánico era un canto ritual elegíaco, de despedida o fúnebre, no sólo constreñido a lo amoroso, se acompañaba con la quena o flauta de hueso.
En cuanto a su obra, destaca el Romance Elegíaco, el cual trata de la conquista del Río de la Plata y que es uno de los primeros poemas en los que se habla del Paraguay.
Colofón fue una de las ciudades que se atribuyó ser el lugar de nacimiento de Homero, y allí nacieron Mimnermo un poeta elegíaco, Polimnesto, un músico, Fénix, un escritor, Hermesianax otro escritor, Antímaco, poeta épico, Jenófanes, escritor, y Nicandro de Colofón.
Compuesto en forma de collage, y repleto, como Prufrock, de citas y referencias de lo más heterogéneo, la crítica en general lo califica de oscuro, profundo y visionario, por su oscilación entre lo profético y la sátira, sus continuos y repentinos cambios de voz, de lugar y tiempo, su vasto y elegíaco repaso en forma distorsionada de múltiples elementos de la literatura y la cultura universales.
Yo la acompañaba mentalmente en su pensamiento elegíaco delante de la visión otoñal.
Vamos ahora por lo lírico, épico, dramático, elegíaco, satírico, epigramático, didascálico y mixto.
El poeta Butas, que escribió en verso elegíaco fabulosos orígenes de las cosas romanas, dice que vencido Amulio por Rómulo y Remo, vinieron éstos corriendo con algazara al sitio donde siendo niños les dio de mamar la loba, que la fiesta es imitación de aquella carrera, y los nobles van por todas partes Hiriendo a los que al paso se presentan, como entonces corrieron desde Alba Rómulo y Remo con espada en mano, y que el llevar a la frente el acero ensangrentado es símbolo de la carnicería y peligro por que entonces se pasó, y el limpiar la mancha con leche, recuerdo de su crianza.
Trabajó en tanto, sin darlo a entender, un poema elegíaco, que aprendió hasta tomarlo de memoria, y hecho esto, repentinamente se dirigió a la plaza con un gorro en la cabeza.
Especialmente Mamerco, muy ufano con que componía poemas y tragedias, y engreído con haber vencido a los estipendiarios, al hacer a los Dioses la consagración de los escudos, había puesto por inscripción un dístico elegíaco muy afrentoso, de este tenor: Estas rodelas que relumbran tanto con púrpura, marfil, electro y oro, con escudos de a palmo las tomamos.
En Pedro Sánchez, el Pereda moralista-artista se nos presenta también, y con mucha fuerza, pero allí la lección, mejor dada acaso, es de menos intensidad en sus motivos, es menos dramática, la melancolía de las decepciones comunes, ese desencanto, cómico a veces en la apariencia, elegíaco siempre en el fondo, que trae consigo el tiempo, sin más que dejarse resbalar entre la arena gris de una vida vulgar, sin peripecias sorprendentes, eso es la moralidad poética de Pedro Sánchez, en La Montálvez, aunque parte del efecto se pierda, hay cosa más fuerte: un drama terrible sin sangre.
La anus del comediógrafo elegíaco no se vale de ningún género de encantamientos.

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