Ejemplos con distraída

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero la atención de Rastrelli fue rápidamente distraída por otros palacios: Peterhof y Tsárskoye Seló.
Suzu: Es una joven de cabello largo, bastante fuerte ágil y buena en todo aunque muy distraída en especial en cuestiones de amor, su padre también se perdió y su madre murió por lo cual vivía sola con Tonkatsu hasta que llego Ikuto, ella odia los días de lluvia ya que extraña a su madre quien siempre la protegía cuando llovía, ella empieza a sentir aprecio y amor por ikuto al darse cuenta que estaba celosa.
Al pasar delante del Hospital Clínico Viñas decide que ha llegado el momento de actuar, y mientras Carmen está distraída la golpea fuertemente en la cabeza con un pesado mazo de madera.
Puede aparecer de forma ocasional como la figura del profesor de mente distraída, perdiendo el control de su entorno a causa de lo absorto de sus pensamientos.
Un día la perdiz, apurada en hacer su nido, entró distraída en la cueva.
Por su personalidad distraída y su amable sonrisa es llamada el orgullo del Fairy Tail.
La joven dulce y distraída asistente de Encentro.
Febrer, luego de contemplar un buen rato a toda esta concurrencia, que apenas fijó en él una mirada distraída, fue a colocarse junto a Pep en un corro de payeses viejos.
¡Ah!¡sí! Y después da emitir por toda respuesta esta exclamación distraída, continuaba averiguando con avidez la vida anterior de su enamorado.
No quería comer, la emoción había paralizado su apetito Y una vez sentado a la mesa, comió más que nunca, con una avidez maquinal y distraída.
Y con la vaga sonrisa distraída de las gentes meditabundas, y en el propio tono confidencial:.
Sus ojos, cada da vez más animados y saltones, acompañaron la mirada distraída de su amigo hasta la próxima mesa, ocupada por una mujer sola.
Contestaba distraída a lo que le decían: no salía casi nunca del cuarto, a pesar de las instancias de su esposo.
La segunda vez, sobre todo, en que Cecilia y Gonzalo se rieron con gana llevándose la servilleta a la boca para apagar el ruido, la mirada del prócer fué más larga, más fría y distraída aún.
Se había puesto seria y parecía distraída.
Caben muy bien dos camas cuanto más unaañadió mirando a su hija, que se hizo la distraída cerrando un balcón.
Borróse súbito de su noble faz pseudomarítima la temerosa expresión que la obscurecía, y apareció de nuevo aquella otra distraída, signo de constantes meditaciones.
Nunca Leonor parecía fatigada de acompañar a su madre en aquellas entrevistas: sino que, aunque ya para entonces tenía sus diez años, se sentaba en la falda de su madre, apretada en su regazo o abrazada a su cuello, o se echaba a sus pies, reclinando en sus rodillas la cabeza, con cuyos cabellos finos jugaba la viuda, distraída.
En esta concurrencia diseminada y distraída por la música, destacábanse las señoritas del Colegio de Doncellas Nobles, jóvenes apenas entradas en la pubertad o soberbias mujeres en toda la amplitud del desarrollo femenil, que miraban con ojos de brasa: todas con traje de seda negra, mantilla de blonda montada sobre la peineta y vistosos golpes de rosas, como damas aristocráticas de gracia manolesca escapadas de un cuadro de Goya.
La marquesa de Butrón bajó los ojos como distraída al oír hablar de la unidad católica, y acentuóse aún más la sombra de tristeza que nublaba siempre su rostro.
Kate lo pagaría en la tienda, y ella se olvidaría, de seguro, de pagarlo a Kate, porque en estas cosas de pagar era la duquesa mujer muy distraída Al salir Kate, avisó que el señor marqués había vuelto.
María Valdivieso se quedó muy edificada, y las dos primas salieron, cogiendo Currita, distraída con la conversación, un guante blanco y otro negro.
Tímida y cortada se detuvo en el umbral, bajaba los ojos, y al parecer distraída jugaba con la punta del delantal.
¡Habrá indecente! exclamó la señora algo distraída.
Veremosdijo distraída Jacinta levantándose, porque había oído el repique del timbre con que su marido llamaba.
Había subido la luenga calle con aires de paseante, distraída, alegre, vago el mirar, bajábala como los monomaniacos.
Tan distraída estaba, que el carnicero le preguntó tres veces lo que quería sin obtener respuesta.
Estaba distraída pensando en sus cosas.
En Barcelona estuvo Jacinta muy distraída con la animación y el fecundo bullicio de aquella gran colmena de hombres.
A los dos meses de casados, y después de una temporadilla en que Barbarita estuvo algo distraída, melancólica y como con ganas de llorar, alarmando mucho a su madre, empezaron a notarse en aquel matrimonio, en tan malas condiciones hecho, síntomas de idilio.

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