Ejemplos con displicentes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Porque no era él,le respondieron displicentes.
Pero ella, con ademán despótico y voces displicentes, me soltó esta rociada: Vete pronto, que algún tiempo has de necesitar para saber dónde están esas oficinas.
No halló facilidades para ver a Ibero, y las tres o cuatro veces que llamó al portón de San Quirico, residencia de los padres de la en un pueblo que llaman Papiol, no vio más que caras displicentes.
Se les mandó hacer alto para que tomaran un refrigerio que apercibido tenían mis almogávares, mas no quisieron los curas refrescar, expresando su enojo con displicentes excusas.
Llegó un tiempo ¡ay!, en que de sus caminatas debía decirse lo contrario: enojados y displicentes la comenzaban, furiosos la concluían.
Antes de saludar a Calpena, despidió al de la voz aguda con expresiones displicentes de ama de casa que gasta mal genio: Entretente ahora con tus costuras, y olvídate de tus obligaciones, como ayer, que nos diste de cenar a las nueve de la noche.
Los varones, agrios, displicentes, huraños, sombríos, las mujeres, tímidas, asustadizas, amables, pero con amabilidad monjil.
La tertulia languidecía, los pedagogos estaban displicentes y mal humorados, el doctor disertaba de farmacología indígena, y el P.
Luego ella, con miradas displicentes y poniendo a todo reparos, como quien sabe que aquello no ha de ser jamás suyo, inspeccionó el gabinete.
-Mira a la Marimoña -tuvo que decirle Pepe Fajardo para que correspondiera con una mirada y una sonrisa displicentes a los reiterados saludos de aquélla, que parecía empeñada en que todo el mundo se enterase de que ella era la que saludaba al héroe de la jornada.
Porque las desgracias vuelven las costumbres displicentes, mal sufridas, y propensas a la ira, y hacen el oído excesivamente delicado y muy dispuesto a irritarse con cualquiera palabra o expresión un poco viva, por la cual disposición el que reprende a los que yerran parece que les echa en cara sus infortunios, y la claridad y la franqueza pasan por desprecio, y así como la miel perjudica a los miembros heridos y llagados, de la misma manera las expresiones verdaderas y ajustadas a razón muerden e irritan a los que están en adversidad, como no sean muy benignas y conciliadoras, que es por lo que el poeta llamó grato al alma lo que es dulce, porque cede a la parte inflamada de ella y no la contraría ni se le opone.
No halló facilidades para ver a Ibero, y las tres o cuatro veces que llamó al portón de San Quirico, residencia de los padres de la Instrucción Cristiana, en un pueblo que llaman Papiol, no vio más que caras displicentes.
Todo ecléctico es triste: la perplejidad del espíritu hace displicentes humores.
Tras esta familia simpática fueron displicentes los libros de Derecho, rotos y sucios, con los pliegos revueltos, liándose a bofetadas unos con otros.
Él estaba persuadido de que su padre sospechaba ya el delito, porque ciertas frases displicentes y amenazadoras de sus cartas no podían tener otra explicación.

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