Ejemplos con detenemos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Caminamos a pie por Illahuachaca, por la subida nos perseguía el cansancio en ciertos tramos, sudorosos y agitados dirigiéndonos cuesta arriba, a más de medio camino del peñasco nos detenemos para descansar y observamos a la ciudad de Antabamba en su completa dimensión y percibimos el silbido del viento y trinar de las aves.
DE LOS PEÑASCALES, prescindimos de cuanto se halla a nuestro paso al entrar en un salón largo y estrecho, cruzámosle en toda su extensión, y nos detenemos a la puerta de un gabinete.
¡Dios sea con nosotros! Saldremos sin tropiezo, y al que quiera detenemos no le doy tiempo a respirar.
A cada instante el padre Celestino nos dice que no andemos tan aprisa, porque no puede seguirnos, y nosotros, que desearíamos volar, detenemos el paso.
Si nos detenemos un instante estamos perdidos.
Mientras nos detenemos en esta descripción, los grupos avanzan hacia la mitad de la calle y desaparecen por una puerta estrecha, entrada a un local, que no debe de ser pequeño, pues tiene capacidad para tanta gente.
Tal vez mañana será tarde, tal vez, si nos detenemos, puede verificarse una reconciliación, y entonces.
Pero ¡en qué fruslerías nos detenemos! Vamos a buscar nuestros caballos.
Habiéndonos propuesto escribir en este libro la vida de Alejandro y la de César, el que venció a Pompeyo, por la muchedumbre de hazañas de uno y otro, una sola cosa advertimos y rogamos a los lectores, y es que si no las referimos todas, ni aun nos detenemos con demasiada prolijidad en cada una de las más celebradas, sino que cortamos y suprimimos una gran parte, no por esto nos censuren y reprendan.
Estamos en marcha, no sabemos adónde, y no queremos detenemos.
Nosotros no comprendemos siquiera lo perfecto, lo hemos reemplazado por lo infinito, estamos en viaje, no podemos detenemos, y nuestra única fe es la velocidad.
Apenas trazamos una línea, nos detenemos, porque la reputamos indigna de nuestro ideal.
¿Quién no guarda en su memoria el recuerdo de una época en que, sin saberlo, gozaba una dicha que jamás volverá? ¡Hay años, meses, días que forman en nuestra existencia puntos brillantes sobre los cuales detenemos tiernamente nuestra mirada, al recorrer en la memoria los años que pasaron! Aquella tranquilidad cambiose en breve en una vaga aprehensión, y las horas de sereno contento en días de penas, dudas y sobresalto.
Tal vez mañana será tarde, tal vez, si nos detenemos, puede verificarse una reconciliación, y entonces.
, no me es posible seguir si no nos detenemos un poco.
Los que de otro campo hemos venido, y carecemos de abolengo dramático, no por eso nos detenemos tímidamente en el dintel de la casa de Talía, ni menos pedimos un pase a quien ya lo querría para sí.
Lo hallamos, lo seguimos y lo estudiamos en su vida común, y donde quiera que una situación nos permita ver algo de su ser interior, nos detenemos para mirar en su alma.
Detenemos violentamente, como si fuéramos bandidos auténticos, a las personas que por su idiosincrasia nos parecen inclinadas a las ideas románticas, y luego las ponemos en libertad sin exigirles absolutamente nada en cambio de esa libertad que por un dramático momento creen haber perdido.
No podemos detenemos un momento porque el grito de nuestros camaradas, los héroes aprisionados traidoramente, nos llama al cumplimiento del deber.
La casa nueva nos sonríe enfrente y delante de la coquetona marquesina de la entrada nos detenemos, silencio general.

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