Ejemplos con desencajado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Carmen manifestó la sorpresa que le causaba aquel regreso, tan imprevisto por ella como lo fué la partida de su amigo, le encontraba el semblante desencajado y todo el aspecto de fatiga y ansiedad.
Vió el semblante desencajado, fatídico, de Valentina, la cual blandía en la mano derecha un arma.
De improviso, rompe la orquesta bruscamente la cadencia, rugen los contrabajos estrepitosamente, las flautas dejan oír agudos silbidos, el metal, desencajado, truena con espantosa violencia, los timbales redoblan convulsamente.
¿Qué es eso, Perico? ¿Qué es eso, hombre?decía ella dulcemente, inclinando su rostro lleno de lágrimas sobre el desencajado del viejo.
Después de permanecer inmóvil algunos instantes examinando con atención el rostro desencajado de su cliente, dijo poniéndole una mano en el hombro:.
Tirso, interpretando aquello como befa por la derrota, se enfureció, levantose de pronto con el rostro desencajado, fue hacia el mapa, trémulas las manos, y cogiendo tres o cuatro banderizas carlistas, dijo, clavándolas en el papel con grosera violencia:.
Nucha de pie, pero arrimada a la pared, con el rostro desencajado de espanto, los ojos no ya vagos sino llenos de extravío mortal, enfrente su marido, blandiendo un arma enorme.
Cuando recobró el conocimiento, aquel terrible espantajo de la hopalanda negra y del rostro desencajado y cadavérico ya no estaba allí, si bien su voz se oía lejana, cual si riñera con alguien en el lugar más apartado de la casa.
Esas ojeras, esa palidez, ese rostro desencajado ¡Pobrecita! Su merced está enferma.
Bertuccio cruzó las manos, y como al ejecutar estas diferentes evoluciones no había dejado su linterna, la luz iluminó su rostro desencajado.
-¿Y usted no dice nada? ¿Si querrá usted también abandonar al pobre Montenegro? No es cosa de chanza, no lo crea usted, debe estar enfermo el infeliz, y desesperado, pues cuando salió ayer de la tertulia llevaba el rostro desencajado y cadavérico.
El fardo, el grueso fardo, se zafó del lazo como de un collar holgado saca un perro la cabeza, y cayó sobre el hijo del tío Lucas, que entre el filo de la lancha y el gran bulto, quedó con los riñones rotos, el espinazo desencajado y echando sangre negra por la boca.
Y en lo extraviado de sus ojos, en la palidez, que no pudo esconderse, que poco a poco iba esparciéndose por el semblante desencajado de la esposa, no dudó.
La ronda se acercaba con pasos apresurados, precedida por una mujer que, con el cabello suelto, el rostro desencajado y con las muñecas ensangrentadas, corría y gritaba con desgarrador acento:.

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