Ejemplos con desconsolado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El narrador comienza débil y cansado, se torna desconsolado y arrepentido antes de pasar a la histeria y, al final, a la locura.
Al regresar a la exposición, en lo que los hombres interesados en comprar las esculturas conversan acerca de los grandes conocimientos de anatomía de este artista y Walter se sienta desconsolado a pensar en su mala fortuna, Carla descubre, debajo de la arcilla de la escultura femenina, la uña de uno de los dedos.
Cuando vio a su amo perder la vida, el caballo desconsolado se lanzó al río, ahogándose.
Con este cuidado vivió tres años, y en este tiempo vio pasar algunos navíos, mas aunque hacía él su ahumada, que en el mar es señal de gente perdida, los barcos no la veían, y se pasaban de largo, de lo cual Pedro Serrano quedaba tan desconsolado que tomara por partido morirse y acabar ya.
Desconsolado y aún herido, entierra a su esposa y su hijo después de lo cual cae inconsciente sobre sus sepulcros.
El desconsolado padre se entretuvo recogiendo uno por uno los restos de su hijo, lo que dio ventaja a los argonautas para que pudieran escapar.
El desconsolado Eetes tuvo que entrenerse recogiendo uno por uno los restos de su hijo, lo que dio ventaja a los argonautas para que pudieran escapar.
A partir de entonces, el narrador se dedica a exponer y comentar el diálogo que mantuvieron los muertos hasta el momento en que su estornudo los alertó de que un vivo los escuchaba y decidieron callarse, dejando a quien asistió a la revelación de la puerilidad de la muerte completamente aturdido y desconsolado, obsesionado por descubrir más sobre esa vida de la conciencia después de la muerte y sobre bobok, la palabra que repiten aquellos difuntos que, al borde de la descomposición, caen en un estado de aletargamiento y se aproximan al fin de todo lo conocido hasta entonces.
Movía la cabeza de arriba a abajo con una expresiva manifestación de asombro desconsolado, como diciendo:¡Válgame Dios! ¡Válgame Dios!.
Pero, aun así, el día en que Graven murió, aplastado por la caída del andamiaje de un pozo de petróleo, su desconsolado camarada Foster, que era su albacea testamentario, se encontró, al hacer el balance, con que la única hija de su amigo representaba para el que se casase con ella unos sesenta millones de dólares.
Como digo, venía yo mustio y desconsolado en un jamelgo que me proporcionó el cura de Placencia, y al divisar la torre de mi pueblo querido, se me ensanchó el corazón.
Añadió don Juan Ruiz que se iba desconsolado: hubiérale sabido a gloria copar a la Guardia civil en el paso angosto de Rosell de la Cenia, próximo a su masada.
No puede omitir el historiador que después de media noche, sintiéndose el buen poeta de la Paz muy desconsolado del estómago, y además falto de calor en todo su cuerpo, probó el precioso licor de Ignacia.
¡Oh, qué desconsolado y afanoso aquel día que los cristianos llamaban ! En algunos puntos de la ciudad, tumulto y hervidero de riñas, en otros soledad de cementerio, en todos escombros, restos del pillaje, sangre, lodo y basura.
Trasladado a Ceuta el capitán Pulpis con todos los remiendos que en su agujereado cuerpo pudo hacer la Facultad, quedó Juan más desconsolado y triste.
La marquesa pidió un crucifijo, y poniéndoselo delante, díjole que hiciera ante él examen de conciencia, en tanto que llegaba el padre, tomólo Diógenes con ambas manos y besólo devotamente, mas dejólo caer a poco sobre la colcha, llorando desconsolado.
¡Aura vivía! ¿Qué más podía desear por el momento el desconsolado amante? Aura vivía, el mundo recobraba su placidez luminosa, el sol alumbraba placentero, y la cárcel misma era un lugar risueño y hermoso.
¡Cómo eché de menos a la joven! Recorría yo la casa en busca de ella, me iba yo a vagar por el jardín, imaginándome que allí la encontraría, y turnaba yo a mi cuarto desconsolado y abatido.
Soltáronse del brazo y saltaron la , uno tras otro, con una agilidad inesperada y ademanes tan grotescos, que los municipales reían y hasta el desconsolado poeta dejó de mirar al balcón.
Y, a propósito: ¿Habéis llorado alguna vez a solas? ¿Os habéis perdido en ese desierto de veinte palmos, muy más desconsolado que las arenas del Zahara, y llamado a pesar de todo ? ¿Habéis luchado a brazo partido con la sociedad, con las necesidades de la vida, con una ambición sin objeto, con un amor sin esperanza y con la dueña del ? ¿Os habéis convencido, al cabo de muchos días de prueba, de que el es enemigo de su , de que el pupilero está en abierta lid con su pupilo? ¿Sabéis lo que es esa lucha a muerte, en que vuestro antagonista ruega a Dios que enferméis, a fín de que no comáis? ¿Os han llamado alguna vez.
Muy desconsolado entró el inglés, diciendo que no encontraba moñas ni aun ofreciendo por ellas un ojo de la cara.
Miraba el hueso del dátil que se acababa de comer, y como si el hueso le dijera que sí, hizo ella un signo afirmativo y algo desconsolado ¡Vaya si lo estoy!.
Pero lo más visible y lo que más cautivaba la atención del desconsolado muchacho era un motor de viento, sistema Parson, para noria, que se destacaba sobre altísimo aparato a mayor altura que los tejados del convento y de las casas próximas.
Hijo, el pobre Plácido está muy desconsolado.
La criatura, sorprendida y asustada por el brusco movimiento, interrumpida en su diversión, rompió en llanto desconsolado y repentino, y su madre, sin hacerle caso, entró corriendo tras el biombo, la echó en la cuna, y medio la arropó, volviendo a salir inmediatamente.
Julián distaba de él unos cuantos pasos no más, cuando oyó dos o tres gritos que le helaron la sangre: clamores inarticulados como de alimaña herida, a los cuales se unía el desconsolado llanto de un niño.
¡Vaya con Dios!, dijo el joven desconsolado.
Duro se nos hizo de creer la continencia del mozo, pero ella lo afirmó con tantas veras, que fueron parte para que el desconsolado padre se consolase, no haciendo cuenta de las riquezas que le llevaban, pues le habían dejado a su hija con la joya que, si una vez se pierde, no deja esperanza de que jamás se cobre.
El desconsolado profesor le vio trabajando en la orilla del mar, lo mismo que un esclavo.
El pobrecito lo sabía, veía que yo marchaba por momentos, que nada le decía de prepararse, y sentado en el fogón de mis soldados lloraba desconsolado.

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