Ejemplos con deber

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si se arruinabaproseguía pensando Belarmino, su deber era entrar como oficial con el nuevo zapatero y trabajar porque a la hija no le faltase lo preciso.
El primer deber de los decentes y bien nacidos es atender al decoro de su persona.
Tal es el deber religioso primordial y único.
Y, sin embargo, el carácter de Águeda estaba bien concebido, y ¡cuan hermosos y trágicos efectos podía haber sacado el autor de la eterna lucha entre la pasión y la ley moral! Bien está que Agueda, católica a la española y montañesa a toda ley, cumpla su deber sin aparato ni estruendo, aunque su resolución le cause dolores mortales.
Como pastor, como prelado, cumpliré con mi deber, con entera independencia.
Su deber era abandonarlo todo, vivir de limosna, sufrir penalidades, dormir bajo los porches, alimentarse de hierbas, con tal de seguir la voz del Inteleto y dar con aquellas cosas nunca oídas que el geniecillo interior le prometía.
No le guiaría el cuerpo con sus imperiosas peticiones, le inspiraría su conciencia la noción clara de la solidaridad con sus semejantes, la certeza de que, desertando del deber social, otros imitarían su ejemplo, y resultaría imposible la vida común, retrocediéndose a los tiempos actuales de miseria y rapiña.
¿No estaba dispuesto a defender a los suyos de los mayores peligros? ¿No tenía el deber de mantenerles? Hombre era él capaz de convertirse en ladrón para darles de comer.
Señora Francisca ya no está para fiestas, y mi deber, mi obligación es estar allá, con el santo anciano que tanto necesita de quien le vea y le mime.
Piensa que tu deber es cuidar del pobre anciano.
Había venido únicamente por felicitar a la señora en sus días, y eso haciendo un esfuerzo, pues su deber era no apartarse de su hermana menor, que vivía en una barraca inmediata a la suya.
¿Qué le ha pasado? ¿Por qué viene usted a esta hora? Recuerde usted que el deber es lo primero.
Tiene usted razón, el deber es lo primero.
El deber y el amor filial aconsejan que no le ocultes nada, pero, a decir la verdad, como no tengo asegurado el porvenir, me parece inoportuno que le hables de eso.
Yo soy su tutor, por encargo de su pobre padre, y aunque mi misión ha terminado legalmente, me creo en el deber de defenderlo, pues es un bonachón al que engaña cualquiera.
Hacía esfuerzos por aparentar rudeza y mal humor, como si se presentase arrastrado por el deber y no por el cariño, pero el cerdoso bigote le temblaba y los ojillos parpadeaban nerviosamente.
Ese es mi deber, y sabré cumplirlo, sí señora.
El muchacho estudiaba y quería cumplir con su deber, pero no podía ir más allá de sus alcances.
Porque yo soy esclavo del deber.
Y dale con la tarabilla de que él era esclavo de su deber, y de que lo primero de todo es la familia.
Él se esforzaba en dar a lo que era gusto las apariencias del cumplimiento de un deber penoso.
Aquella gran mujer, heroína y mártir del deber, autora de diez y siete españoles, se embriagó de felicidad sólo con el olor de ella, y sucumbió a su primera embriaguez.
Enséñemela usted y a ver si me la arregla Entonces hacía el hombre un desmedido esfuerzo, como quien sacrifica al deber sus sentimientos y gustos más queridos, y bajaba la pieza de tela.
El bajo de ópera se creía en el deber de apoyar la idea religiosa, por haberla expresado tantas veces con su sábana por la cabeza, haciendo el respetable papel de sumo sacerdote, y el del molino de chocolate azuzaba a los dos por ver si la cosa se enfurruñaba y no quedaban más que los rabos.
Estuvo luchando un rato entre la piedad y el deber, y como el ciego volviese a preguntarle con insistente afán: ¿pero es cierto que al morir nos convertimos en berzas? le replicó el apóstol:.

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