Ejemplos con compañía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un día que yo le menté mis paseos con Angustias y Celesto, me prohibió que siguiese cultivando aquella compañía, pero, como no se enteraba de nada, no le hice caso.
¿No me concederá usted el favor, si se lo ruego, de hacerme un poco de compañía?.
Y cualquiera puede resignarse a ser en compañía de Homero y de Cervantes, y del gran pintor de borrachos, mendigos y bufones.
Se trata de un drama, pero la compañía puede representarlo lo mismo.
Llevó consigo el mamotreto, debajo del brazo, y aquella noche, en un entreacto, entre y , fué al cuarto del bufo Celemín, director y primer actor de la compañía, y le dijo, a tiempo que le entregaba el manuscrito:.
Pero es el caso que no ha venido ninguna compañía dramática.
Por desdicha, pasaban los meses y no venía ninguna compañía dramática.
¿Que no hemos descubierto una punta o un tacón? Pero hemos inventado cosas de más provecho y sustanciacolocando las manos extendidas sobre el abdomen: el pote gallego, la fabada, el bacalao a la vizcaína, la paella valenciana, la sobreasada mallorquina, el chorizo y la Compañía de Jesús.
Apolonio se hubiera despeñado en la negra desesperación, a no estorbárselo, de una parte, la compañía habitual del señor Novillo, con que se distraía de los sombríos pensamientos y se le deparaba coyuntura de explayar la exuberancia del lastimado pecho, y de otra parte, más principalmente, el amor a la duquesa de Somavia, un amor cada día más exaltado, más puro, más imposible, más delicioso y novelesco.
Ea, Belarmino, contra mi gusto, tengo que abandonar tu compañía.
Como presidente de la Junta de abonados que soy, le prometo que haré estrenar su drama por la primera compañía dramática que venga a Pilares.
La hija, Angustias, ésa sí hace compañía frecuente a su padre, como ustedes habrán visto.
Me pone nerviosa verle siempre tan quietecito, haciéndome compañía, cuando usted lo que necesita es vida y movimiento.
Cuando te canses de hacer compañía a tu sobrina y de oír a ese loco de don Luis, sube un rato.
Pues bien, en la guerra de Sucesión hubo que traer generales ingleses y franceses y hasta oficiales, pues no había un español que supiera apuntar un cañón ni mandar una compañía.
Tal vezañadióbaje a hacerte un rato de compañía.
Yendo en tan buena compañía, sus enemigos fingían no conocerle.
La hilandera se animó con su compañía.
Luego se habló de una compañía dramática, recién llegada, y que esa noche daría su primera función en el Teatro Pancracio de la Vega.
¡Buena compañía! Esta noche nos darán Fe, Esperanza, y Caridad.
Don Carlos y doña Gabriela van detrás de nosotros, y Pepillo nos hace compañía.
También esperaba que fuese Andresito, el hijo de don Antonio, un muchacho paliducho y mimado, vástago único, que cursaba el segundo año de Derecho, hacía versos, y en compañía de Juanito iba muchas veces a casa de doña Manuela, con fines no tan ocultos que ésta no torciese el gesto manifestando disgusto.
Cuando era preciso se calaba el chacó, martirizaba el pecho con el asfixiante correaje, y servía a la nación y a la libertad, yendo a pasar la noche en el Principal, donde comía melones en verano, se calentaba al brasero en invierno, en la santa y pacífica compañía de algunos otros comerciantes del Mercado, que, olvidándose de la marcialidad de su uniforme, pasaban las horas de la guardia hablando de las fábricas de Alcoy o del precio del azúcar y de la seda, todo esto sin perjuicio de faltar a la ordenanza, abandonando el puesto con frecuencia para dar un vistazo a sus casas.
Se le calculaba una fortuna de más de cien mil duros, y sin embargo vivía como un hurón en la gran casa heredada de su padre, sin otra compañía que una vieja criada, y arrastrando su fastidio por los talleres abandonados, que parecían cementerios.
Y la vajilla de plata, que daba al comedor un aire tan señorial, los grandes candelabros del salón, no habían salido de casa para blanquearlos el platero, donde estaban era naciendo compañía a las joyas.
Husmeaba la ganancia a cien leguas, colocaba los capitales ajenos con la mayor seguridad, tenía esclavizada la fortuna, y a pesar de esto, ¡qué sencillo! ¡Con qué modesta afabilidad trataba a los pequeños! Era un señor pequeñín, enfermizo por el exceso de trabajo, con gafas de oro y esa sonrisa atractiva y cándida cuyo secreto sólo poseen los grandes hombres de negocio o los Padres de la Compañía.
Él, tan metódico y cuidadoso de cumplir sus obligaciones, abandonaba la tienda para ir a la Bolsa en compañía de su principal, o a los lugares donde se reunían sus compañeros de explotación financiera.
Como mis padres no me permitían más compañía que la de otros muchachones tan ñoños como yo, no sabía ninguna suerte de travesuras, ni habia visto a una mujer más que por el forro, ni entendía de ningún juego, ni podía hablar de nada que fuera mundano y corriente.
La compañía de mis buenos servidores es para mí un gran consuelo.
Volvió atrás Caballuco, solicitado por la buena compañía de aquella gente, con quien tenía franca y antigua amistad, y entró con ellos en casa de la señora.

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