Ejemplos con cogerás

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Quedamos en que cuando recibas ésta, cogerás al instante tu sombrero y te irás al convento de La Latina, que entiendo está en la calle de Toledo, bajando a mano derecha, y en la portería llamarás, preguntando por Sor Catalina de los Desposorios, la cual debe de estar consumida por verte, y pedirá todos los días al Señor que encamine tus pasos hacia la Concepción Francisca.
Me cogerás, me llevarás a la fuerza.
Sí, chiquillo, alarga la mano y cogerás al traidor.
Vas a ir al estrado en que dejé mi ropa, y cogerás la bolsa que hay en mi cinturón, y con el oro que contiene irás a buscar para mí una joven capaz de iniciar el desarrollo que deseamos.
-Haz que te vas fuera, y vuelve al anochecer, o ya pasado de media noche, y hazme una seña, para que yo sepa que estás en la calle -dijo la criada-, que te abriré la puerta y los cogerás juntos.
¡Ahora, fíjate bien, Aladino! ¡cogerás esta lámpara, la apagarás, verterás en el suelo el aceite y te la esconderás en el pecho enseguida! Y no temas mancharte el traje, porque el aceite que viertas no será aceite, sino otro líquido que no deja huella alguna en las ropas.
¡He aquí, pues, lo que tienes que hacer! ¡Empezarás por bajar conmigo al fondo del agujero, y cogerás la anilla de bronce y levantarás la losa de mármol! Y cuando hubo hablado así, se metió él primero en el agujero y dió la mano a Aladino para ayudarle a bajar.
¡Mira! Cuando yo me muera, o mejor dicho, cuando yo finja morirme, porque soy yo el que primero morirá, cogerás un sudario y me amortajarás.
Cogerás luego al hombre imberbe de ojos amarillos, que es el más infame de los dos compadres que ayudan en su vil tarea al jeique-al-balad, y harás que le ahoguen en el hoyo de los excrementos de la casa de su vecino Abul-Hassán.
-Sí: llevarás dos cartas, las dejaré esta noche sobre la mesa del gabinete y tú las cogerás mañana, sin hacer ruido, para no despertarnos.
»Quedamos en que cuando recibas ésta, cogerás al instante tu sombrero y te irás al convento de La Latina, que entiendo está en la calle de Toledo, bajando a mano derecha, y en la portería llamarás, preguntando por Sor Catalina de los Desposorios, la cual debe de estar consumida por verte, y pedirá todos los días al Señor que encamine tus pasos hacia la Concepción Francisca.
¡Luego le cogerás y también cogerás a Juder, que está ahí sin vida, y arrojarás los dos cuerpos, el del envenenado y el del asesinado, a los pies de los principales jefes de las tropas! Y el efrit Trueno, que obedecía todas las órdenes dadas pos cualquier poseedor del anillo, fue a buscar a Salim y le mató, después cogió los dos cuerpos sin vida y los arrojó a los pies de los jefes de las tropas, que precisamente estaban reunidos comiendo en la sala de las comidas.
Ella te dirá: «¡Oh hijo mío, soy tu madre! ¡Y me debes alguna gratitud y respeto, en gracia a que te amamanté y a la educación que te di ¿Cómo quieres obligarme a que me ponga desnuda?» Tú le contestarás, gritando: «¡Si no te quitas la ropa, te mato!» Y cogerás un alfanje que hallarás colgado en la pared, a la derecha, y le dirás: «¡Empieza pronto!» Y ella procurará conmoverte y hará para engañarte, para que te apiades de ella.
¡Atame todo lo sólidamente que puedas y arrójame al agua! ¡Si ves salir mi pie antes que nada, es que habré muerto! Entonces cogerás la mula y se la venderás al judío por cien dinares! Juder contestó: ¡Acércate, entonces!.
Una vez que hayas adquirido de él estos diversos datos, le narcotizas con bang, te vestirás con sus propios trajes, te meterás en el cinturón sus cuchillos de cocina, cogerás el cesto de provisiones, irás al zoco a comprar carne y verduras, volverás a la cocina, irás a la despensa para sacar lo que necesites, como manteca, aceite, arroz y otras cosas por el estilo, guisarás los manjares conforme a las indicaciones aprendidas, los presentarás bien, echarás bang en ellos, y te irás a servírselos a Dalila, a su hija, a los cuarenta negros y a los cuarenta perros, durmiéndoles de aquel modo.
Por el contrario, si los vences, nunca cogerás tanto fruto de la victoria como si, ganando la batalla en su mismo país, persigues a los masagetas fugitivos y derrotados.
Tu servicio consistirá en despertarte todos los días al amanecer, para empezar por ir al bosque a buscar leña y volver lo antes posible para lavar el piso de la iglesia y el convento, sacudir las esteras y barrerlo todo, después cribarás el trigo, lo molerás, harás la masa del pan, la cocerás en el horno, cogerás una medida de lentejas, las molerás, las guisarás, y llenarás con ellas luego trescientas setenta escudillas, que habrás de entregar una por una a los trescientos setenta monjes del convento, más tarde vaciarás los orinales que están en las celdas de los monjes, por último, acabarás la obra regando el jardín y llenando los cuatro estanques y los toneles colocados a lo largo de la pared.

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