Ejemplos con chilló

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al descubrir la broma, Fields chilló: ¡¿Quién le puso limonada a mi limonada?!.
El furor de Narcisa volvió entonces a desbordarse ante la devota actitud de la muchacha, y de nuevo chilló a su madre con desatinadas veces.
¡Cuánto rió, cuánto chilló, cuántas travesuras hizo aquella linda criatura! Gustavo Núñez no se apartaba de ella, sirviéndola de espolique y fiel escudero, porque caminaba a pie como la mayoría de los hombres, mientras las damas iban sentadas sobre los clásicos borriquitos.
Chilló con los ojos desencajados por el horror de la realidad, que se imponía de pronto.
Se chilló, se alborotó lo indecible.
Pasó otro rato, y Juan, despabilándose y fingiendo el lloriqueo de un tierno infante en edad de lactancia, chilló así:.
El vástago de hierro chilló un instante, y las que estaban junto al estanque oyeron en lo profundo de la bomba una regurgitación tenue.
¡Cristo!, ya le tenemos otra vez con el dichoso chilló Nicanora, reponiéndose al instante de aquel gran susto.
Otra vez pero hijo chilló doña Lupe, saliendo al recibimiento.
-Sigue tu camino, so bruto -chilló como una furia grotesca-, si no quieres que te midamos las costillas.
-Señor don Gil, por Dios -chilló Salomé en el tono de una honesta dama que reprende el atrevimiento de su galán.
prueba -chilló Tres Pesetas-: toma esta espada, pincha a uno de nosotros.
El chico estaba envanecido, llegó a Madrid, sus amigotes le llevaron a la , habló, a la mañana siguiente se mezcló en el tumulto de la procesión del retrato de Riego: chilló en la calle, alborotó, vino la policía, le echó mano y le llevó a la cárcel, donde está.
Bonacieux chilló mucho tiempo, pero como semejantes gritos, dada su frecuencia, no atraían a nadie en la calle des Fossoyeurs y, como por otra parte la casa del mercero tenía desde hacía algún tiempo mala fama al ver que nadie acudía salió gritando, y se oyó su voz que se alejaba en dirección de la calle du Bac.
redujo la dislocación del mandadero, que gritó y chilló como un.
-¡Era broma! -chilló Yalomitsa, saltando loco de júbilo-.
-¡Qué dice! -chilló Gancedo, encocorado-.
El chico estaba envanecido, llegó a Madrid, sus amigotes le llevaron a la Fontana, habló, a la mañana siguiente se mezcló en el tumulto de la procesión del retrato de Riego: chilló en la calle, alborotó, vino la policía, le echó mano y le llevó a la cárcel, donde está.
«Zegunda prueba -chilló Tres Pesetas-: toma esta espada, pincha a uno de nosotros».
Chilló Teresa.
-En Samaniego -chilló una mujer, que con dos niños en brazos montaba el segundo borrico-, no han dejado esos perros ni cántara de vino, ni doncella, ni nada.
-Al matadero, pues -chilló alegremente el chimango-, ¿no ve que está de grasa? ¡qué almuerzo voy a hacer!.
Pero súbitamente el efrit tomó la forma de una rata y salió del agujero del retrete, dando gritos de rata: ¡Sik! ¡sik! Y el jorobado dió una palmada para que huyese, v le chilló: ¡Hesch! ¡hesch! Pero la rata empezó a crecer v se convirtió en un enorme gato de ojos feroces y brillantes.
Carlota chilló de indignación y cólera, se arrojó al niño y le besó hambrienta, loca de ternura.
Y asiendo a la chica por la cintura con ambas manos, la levantó a pulso en el aire, la chilló, la brincó y le dio en las frescas mejillas media docena de besos sonoros.
-¿No ves la sangre allí? -chilló de pavor el Año, señalando a la chimenea con su descarnado dedo-.
Marcial —chilló.
Emma chilló, cogió el cielo con las manos, insultó a Bonis, y a Minghetti, y a D.
La idea del pan falto se le fijó en la mollera, y tanto fue y vino y tanto clamó y aun chilló, que el alcalde de la ciudad le llamó a su despacho, y después de una larga entrevista, en la que hizo gala de su amor al pueblo, a la justicia y a las hogazas cabales, le nombró inspector del peso del pan.

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