Ejemplos con careces

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Careces de voluntad firme para poner tus acciones en la regla debida, y dejándote llevar de la imaginación loca, faltas a la amistad y al honor.
El valor de que careces te devolverá la salud, porque tú no estás realmente enferma, querida niña mía, tú estás.
¡Qué feliz es ser así! Tú tienes resignación para soportar las contrariedades, tú tienes una acendrada fe cristiana, que yo, por mi desgracia, no tengo, careces de pasiones exaltadas, tus sentimientos son tranquilos, fríos, dóciles, es decir, que haces de ellos lo que quieres, los míos son ardientes, furiosos, tiranos, es decir, que me esclavizan y juegan conmigo.
¡Ah!, ¡si vieras qué interés tan grande demuestra por ti en sus cartas, qué alabanzas tan calurosas hace de tus méritos, si vieras cómo te pone por esas nubes, cómo lamenta tu orfandad, y cómo se enternece considerando que eres de su misma sangre, y que a pesar de esta natural preeminencia careces de lo que a él le sobra! Te repito que trabajando mucho y ahorrando más, el Sr.
Dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces.
Dime de lo que blasonas, te diré de lo que careces.
Por lo mismo que careces de experiencia para discernir ciertos achaques del alma, es de necesidad que yo estreche un poco más los argumentos para saber a qué atenerme sobre el particular de que tratamos.
Entonces dijo Chamseddin: Sin duda te figuras que tu hijo es más noble que mi hija, lo cual demuestra que careces en absoluto de razón y sentido común y sobre todo de agradecimiento.
–Y tú ¿qué sabes lo que es querer? Careces de experiencia.
¡Pero precisamente careces del instrumento de delicias, sin el cual no se es hombre ni se está dotado de la virilidad que da y recibe! ¿Sería vida la vida sin el zib y todas sus consecuencias? Al oír estas palabras, el hijo del visir bajó la cabeza tristemente, y contestó: ¡Tienes razón, tío mío! ¡Y precisamente acabas de hacerme pensar en lo que constituye mi único tormento! Si tan pequeña es la herencia de mi venerado padre, yo sólo tengo la culpa, por no haberme cuidado de hacerla prosperar hasta hoy.
-Pero ven acá, Leré, y dime con toda confianza, pues sabes que te estimo y deseo tu bien: ¿tú no tienes novio? Eres muy modesta y crees que careces de mérito personal.
¿Qué es amor sino deseo, apetito violento, afán de unirse al objeto amado? Y si careces de objeto, ¿cómo no has de carecer de amor? ¿Qué anhelas tú gozar? ¿A qué apeteces unirte, amándolo?.
Si no tienes videolásser o el último disco del cantante de moda, si careces del pantalón que conquista o el refresco que seduce o el pastel que embellece, nada pierdes.

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