Ejemplos con borbotón

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuentan que un día apareció frente a la puerta de la iglesia de San Juan Bautista un borbotón de agua, primero era poca y los pobladores la recogían sin problema.
De pronto cae de aquel extraño fenómeno un borbotón de luz, un río de oro, un torrente de fuego que inunda instantáneamente toda la enlutada atmósfera.
Era éste un joven como de veinticinco años de gallarda y bien apuesta persona que mientras salían en borbotón de aquellas desaforadas bocas las anteriores exclamaciones trotaba hacia Barracas, muy ajeno de temer peligro alguno.
¿Qué bicho le habría picao? Siempre que entraba y la sorprendía como estaba en aquellos momentos, apenas velado el arrogante seno por la camisa llena de cintajos de colores vivos, al aire los recios brazos de piel cálida y suelto el cabello sobre las carnosas espaldas, siempre tenía para sus carnes duras y morenas, para su pecho de nodriza de la montaña, para su rostro de facciones duras y agitanadas, un borbotón de deseos en sus ojos garzos y pasionales y una frase acariciadora en los labios voluptuosos.
Lola cosía sentada detrás del mostrador, un pañuelo de crespón de un rojo sangriento contorneaba su pecho de nodriza santanderina, un clavelón del mismo color del pañuelo brillaba como un borbotón de sangre entre las relucientes, negrísimas, guedejas, un imperdible de oro limitaba el escote, dos pulseras doradas relucían en sus muñecas.
Arrojó el Zorzales la azada en la tierra removida recientemente y sentose cejijunto y sombrío sobre una de las desigualdades del terreno, reflejando en su rostro la terrible lucha que libraban en su corazón, de una parte, su conciencia, y, de otra, las razones con que pretendía acallar su voz inflexible y acusadora y -¡Güeno! -musitó con voz sorda y colérica-, güeno que tú me gritaras si yo juera el mesmo que jui, si ahora, como entonces, estuviera sortando por ca poro de mi cuerpo un borbotón de resina y de ca martillazo el corazón me aupara toíta la tabla del pecho, que otra hubiera sío la verea que yo hubiera pisao de ser yo lo que jui, pero es que, con razón, ya no quiée pelear conmigo el Pintao, porque es que yo ya estoy jechito una lástima, pero es que yo no podía consentir tampoco en llevarme al otro mundo la ofensa que a mí me jizo, porque es que la cosa es de las que chorrean sangre, y si él se aterminó a jacer aquella charraná con la hija de mi hermana, jue porque sabía que no había un hombre que le cobrara en plumas de las alas e su corazón su mala chanaíta, y a la probetica Remedios su deshonra fue la que se la llevó a la seportura, y aluego que la muerte por mo de la cual anda juío la jizo de muy malilla manera, porque el probe de Tobalo estaba ya en el suelo cuando le tiró con la cachicuerna, y Tobalo era un mozo que yo estimaba de verdá, y aluego que eso de venirse a esconder cuasi a dos pasos e mis cubriles, es venir a mojarme las orejas con saliva, y sobre to, que yo tenía el deber de elatarlo, y como tenía el deber, pos por eso lo he delatao.
borbotón tras borbotón, reservada para ti.
Mas ya el borbotón.

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