Ejemplos con berenjena

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Berenjena: Shin Chan se transforma en berenjena y se cuelga de las lianas, subirse por los brotes de planta.
Contiene tres especies cultivadas a nivel mundial: la papa, el tomate y la berenjena.
Frutales: durazno, limonero, naranjo, berenjena, guayabo, plátano, níspero, chirimoya.
La más común en Grecia puede incluir calabacines, patatas o champiñones en adición a la berenjena.
La escalivada es un plato típico de Cataluña que consta de verduras asadas: berenjena, pimiento, cebolla y tomate.
En algunas ocasiones se sustituye el calabacín por la berenjena, aunque no es muy común.
Se utiliza, por ejemplo, en la elaboración del kashk O-Bademjan, cuyos ingredientes son: berenjena, cebolla, ajo , pasta de tomate sofrito en aceite de oliva , sal, pimienta blanca, menta seca y una salsa de yogourt agrio llamado Kashk.
Los alimentos que pasaron a formar parte de la dieta sureña desde las costumbres afroamericanas incluyen la berenjena, la nuez de cola, el sésamo, el quingombó, el sorgo, la batata, guisantes secos, cacahuetes, el caupí, el arroz africano y algunos melones.
Pesquisa hortalizas: abóbora, batata, batata-dulce, berenjena, cebolla, zanahoria, couve, ervilha, grão-de-bico, lenteja, mandioca, melão, maíz dulce, mostarda, pepino, repollo, tomate, etc.
Las ensaladas pueden incluir cocinas extranjeras como la Ensalada de col, pero también hay ensaladas locales creadas en Israel, como la Ensalada Israelí y la ensalada de berenjena con hígado, que fue inventado durante el período de austeridad y se dice que es la única de las recetas del periodo de austeridad que sigue siendo comida en Israel.
Recibe de José Bonaparte la estrella de rubí de cinco puntas, Orden Real de España, conocida como la Berenjena por los patriotas.
En Córdoba se prepara un mote de guandú con berenjena, sin yuca y sin carne salada.
Con su personalidad cruel, él tiene su escopeta preferida, Berenjena , y paseos su motocicleta, Behemoth , todo el tiempo, vagando y buscando para un opositor fuerte.
Nasu Grave Una berenjena que lleva gafas cuadradas.
Entre los principales cultivos están maíz, fríjol y productos orientales como ser berenjena, mangaña y pepino.
O el hechicero berenjena, es más bien un personaje del mundo de Kid Icarus, de Nintendo, el cual tiene la extraña gracia de disparar berenjenas a sus oponentes.
Comet:Convierte a James en una Berenjena Permaneciendo convertido en eso hasta el final,.
En cambio, la berenjena trae cogitaciones malignas a quien la gusta.
Sobre todo en la calle de Atocha, donde estaba la logia , el rito era tal, que algunas veces púseme a punto de reventar conteniendo las bascas y convulsiones de mi risa, pues aquello, señores, si no era una jaula de graciosos locos, se le parecía como una berenjena a otra.
Luciano Francisco Comella, autor de comedias muy celebradas, el cual se moría de hambre en una casa de la calle de la Berenjena, en compañía de su hija, que era jorobada y le ayudaba en los trabajos dramáticos.
Cuéntase, en efecto, que era de demasiada grandeza, corva en la mitad y toda llena de verrugas, de color amoratado, como de berenjena, bajábale dos dedos más abajo de la boca, cuya grandeza, color, verrugas y encorvamiento así le afeaban el rostro, que, en viéndole Sancho, comenzó a herir de pie y de mano, como niño con alferecía, y propuso en su corazón de dejarse dar docientas bofetadas antes que despertar la cólera para reñir con aquel vestiglo.
Ella contestó: ¿No ves que ante todo necesitas cortarte un buen pedazo de esa berenjena que llevas a modo de nariz? No ignorarás que a ti mejor que a nadie cuadran estas palabras del poeta:.
Y al verla, Hassán lanzó un grito y retrocedió espantado, porque, en lugar de una joven tan bella, por lo menos como las guerreras adolescentes que acababa de ver, tenía ante sí una vieja de feo aspecto, que poseía una nariz tan gorda cual una berenjena, cejas atravesadas, mejillas arrugadas y flácidas, ojos que se injuriaban !oh calamidad! ¡Con lo cual se asemejaba del todo a un cerdo! Así es que Hassán, para no verse obligado a mirar por más tiempo aquel rostro, se tapó los ojos con la orla de su vestido.
Esa biota, o nagena, o berenjena, o como ustedes quieran llamarla, ese tesoro en fin, lo he tenido yo por espacio de muchos años en mi casa, hasta que en la última enfermedad de mi padre se inutilizó, no sé por qué accidente, y arrojé los cascos en este estercolero.
Y la más joven de las tres hermanas se puso a considerar con atención al sabio que debía escogerla por esposa, ¡y he aquí su descripción! Era un viejo muy anciano, de una edad de cien años lo menos, como no tuviese más, con restos de cabellos blanqueados por el tiempo, con una cabeza oscilante, cejas roídas de tiña, orejas colgantes y hendidas, barba y bigotes teñidos y sin vida, ojos rojos y bizcos, que se miraban atravesados, carrillos fláccidos, amarillos y llenos de huecos, nariz semejante a una gruesa berenjena negra, cara tan arrugada como el delantal de un zapatero remendón, dientes saledizos como los dientes de un cerdo salvaje, y labios flojos y jadeantes como los testículos del camello, en una palabra, aquel viejo sabio era una cosa espantosa, un horror compuesto de monstruosas fealdades que sin duda le hacían ser el hombre más deforme de su época, pues ninguno hubo como él, con aquellos diversos atributos, y además, con sus mandíbulas vacías de molares, ostentando a guisa de colmillos unos garfios que le hacían semejante a los efrits que asustan a los niños en las casas desiertas y hacen cacarear de miedo a los pollos en los gallineros.
También es cosa muy rara que el corazón le diga a una lo que va a pasar, y que cuando las mujeres embarazadas tienen antojo de una cosa, verbigracia, de berenjenas, salga luego el crío con una berenjena en la nariz.
Y mi hermano fingió coger cada berenjena una tras otra, haciendo como si las comiese, y meneando la cabeza y dando con la lengua grandes chasquidos.
Pero en cambio nos han dado artículos de luengas tierras, que no puede nadie desmentir, en que a nadie puede ofender la verdad o la mentira: las barbas de Abbas Mirza, que nunca veremos probablemente por acá, el humo y las cigüeñas de la corte, la conversación de un marido con su mujer, la disección de la cabeza de un petimetre y el corazón de una coqueta, el perrito Cupido, los paraguas, artículos del doctor Berenjena, etc.
El silencio era espantoso, veíase en todas partes la imagen de la muerte y la mirada tropezaba en cuerpos de hombres y animales que parecía estaban privados de vida, pero bastole fijarse en la nariz de berenjena y en los encendidos carrillos de los suizos para comprender que sólo estaban dormidos, además, los vasos, en los que sólo se veían restos de vino, decían que se habían dormido bebiendo.

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