Ejemplos con bebió

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y el día de la muerte de su padre, Caleb, tiene un accidente a causa de que bebió mucho.
Sinfjötli bebió y murió al instante.
Entretanto, don Celso escanció el primer vaso de vino y se le presentó al candidato, que, cerrando los ojos, se le bebió sin resollar.
Sirviéronle el agua, y sin dar tiempo a que se disolviese el bolado, la bebió a sorbetones, de prisa, sacudió los mojados dedos, limpiándose después con su pañolito.
Bebió dos copas Tchernoff, afirmando con chasquidos de lengua el mérito del líquido.
El cocinero le ofreció un vaso, y ella, anonadada, bebió y bebió, contrayendo su rostro por la intensidad alcohólica del líquido.
Para no enternecerse, bebió y prestó atención a lo que decían los tres jóvenes.
Con admirable serenidad, que debían envidiar sus enemigos, concluyó el plato de sopa que tenía delante, se limpió los labios, bebió un trago de vino, volvió a limpiarse los labios, y levantándose acto continuo, salió sin decir palabra.
Excitado por la murmuración, don Benigno bebió algunos vasos más de los acostumbrados, y el capellán no quiso quedarse atrás.
Don Segis levantó el vaso a la altura de los ojos, examinó detenidamente el dorado líquido, lo acercó a los labios y bebió con pausa.
Acto continuo pidió otra botella, la bebió, vomitó, y se durmió.
Bebió un poco de vino, probó la fruta y se abalanzó por fin al café, como si éste fuese su único alimento.
Bebió el , y pasó la botella al zapatero, que estuvo mucho tiempo con la boca pegada al gollete.
Gabriel bebió, haciendo esfuerzos por dominar los estremecimientos de su estómago enfermo, que pugnaba por expeler el líquido.
Y él, tan sobrio, bebió uno tras otro dos vasos de aguardiente, que cayeron como olas de fuego en su estómago desfallecido.
Tambaleándose entró en su alcoba, bebió con mano trémula un sorbo de agua y dejóse caer sin fuerzas en una butaca, mirando la carta que tenía en las manos, sin osar abrirla.
Besó a la duquesa, quitóse un guante, bebió dos sorbos de té.
Y para cobrar nuevas fuerzas se bebió poquito a poco, y con aire muy distinguido, una tercera copita del whisky, bastante fuerte, que juntamente con el té, los brioches y , habían servido en rico frasco de cristal de Bohemia.
¡A tomarte el café, viejo verde! Y se bebió la taza de un trago.
Bebió con ansia, y entre tanto, la fundadora llevaba aparte a Ballester y le decía:.
Bebió el Delfín muchas cañas, porque opinaba con gran sentido práctico que para asimilarse a Andalucía y sentirla bien en sí, es preciso introducir en el cuerpo toda la manzanilla que este pueda contener.
Comió distraídamente, y sólo bebió dos copas de ron.
Comenzó, pues, tan autorizado sujeto por referir todo lo que nosotros hemos narrado en el Libro Segundo de la presente obra, o sea hasta el instante que Manuel Venegas se ausentó del pueblo despues de la inolvidable escena de la Rifa, y, llegado que hubo a aquel punto crítico de su relacion, bebió agua, tomó aliento y rapé, y continuó de la manera siguiente.
El duque volvió luego adonde Cornelia estaba derramando hermosas y cristalinas lágrimas: cogióla el duque en sus brazos, y añadiendo lágrimas a lágrimas, mil veces le bebió el aliento de la boca, teniéndoles el contento atadas las lenguas, y así en silencio honesto y amoroso se gozaban los dos felices amantes y esposos verdaderos.
Antonio a un escritorio, y sacó dél muchas conservas, y de algunas comió la desmayada, y bebió un vidrio de agua fria, con que volvió en sí, y algo sosegada, dijo:.
Habiendo tañido un poco, sacó de nuevo colacion, y dióla a su discípulo, y aunque con dulce, bebió con tan buen talante de la bota, que le dejó mas fuera de sentido que la música.
Tomólo y agradeciólo el cabrero, bebió y sosegóse, y luego dijo:.
Así como bebió Sancho, dio de los carcaños a su asno, y, abriéndole la puerta de la venta de par en par, se salió della, muy contento de no haber pagado nada y de haber salido con su intención, aunque había sido a costa de sus acostumbrados fiadores, que eran sus espaldas.
Hecho esto, quiso él mesmo hacer luego la esperiencia de la virtud de aquel precioso bálsamo que él se imaginaba, y así, se bebió, de lo que no pudo caber en la alcuza y quedaba en la olla donde se había cocido, casi media azumbre, y apenas lo acabó de beber, cuando comenzó a vomitar de manera que no le quedó cosa en el estómago, y con las ansias y agitación del vómito le dio un sudor copiosísimo, por lo cual mandó que le arropasen y le dejasen solo.

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