Ejemplos con autoridades

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mientras las autoridades informan que Prescott se murió en el incendio para tentar a los perpetradores a descubrirse, Señor William Frazer del Servicio Secreto británico despacha a un agente secreto, Southern, para infiltrarse en la Banda de Erdman.
La mañana siguiente, hay mucho debate entre las autoridades de Spoke City en la honestidad de la dudosa historia de Prescott.
A escala nacional, las más altas autoridades son el Rector, el Consejo Superior Universitario y el Consejo Académico, constituido este último por los decanos de las cuatro sedes de la Universidad, que son las de Bogotá, Medellín, Manizales y Palmira y los de las tres sedes de presencia nacional que son las de Amazonía, Orinoquía y Caribe.
Cuando había epidemia en los puertos de África, las autoridades de la isla, impotentes para guardar un litoral extenso, llamaban a Toni, apelando a su patriotismo de mallorquín, y el contrabandista prometía cesar momentáneamente en sus navegaciones o cargaba en otro punto para evitar el contagio.
Ella debe complementar tan noble cometido, haciendo objetos de una educación preferente y cuidadosa el sentido del orden, la idea y la voluntad de la justicia, el sentimiento de las legítimas autoridades morales.
Eran los oficiales franceses los que se entendían con las autoridades de los puertos.
Quería denunciarse a sí misma, comparecer ante las autoridades francesas relatando su historia, haciendo saber los secretos de que era poseedora.
A causa de esto, en una de las arribadas a Marsella manifestó a las autoridades marítimas su firme voluntad de no navegar más de tal modo.
Las autoridades no consideraron necesario averiguar más, clasificando el hecho como una simple pelea entre refugiados.
El mismo lo denuncia: comete voluntariamente una torpeza, hace que se extravíen unos documentos, envía una carta comprometedora con falsa dirección, para que caiga en manos de las autoridades del país.
Yo nada pude hacer para contrarrestar aquella hostilidad, las autoridades no me sostenían, y me resigné a los peligros que me traía mi independencia de carácter.
No pocas veces las autoridades acudían a él en las graves dificultades que se les ofrecían, y su pobre cabaña en la que se abrigaba su numerosa familia, sujeta casi siempre a grandes privaciones, estaba enriquecida por la virtud y santificada por el respeto popular.
Perezoso, afecto a la embriaguez, irascible, camorrista y valiente como era, comenzó a turbar con frecuencia la paz de este pueblo, tan tranquilo siempre, y no pocas veces, con sus escándalos y pendencias, puso en alarma a los habitantes y dió que hacer a sus autoridades.
Tres barcos, Amadís , Lagonda y Baracoa , cargados de armas y pertrechos ya estaban para salir de Fernandina, cuando las Autoridades de aquella ciudad, los detuvieron.
Su asesinato fué una conspiración de las autoridades constituidas, gobernantes, ricos y sacerdotes, los mismos que hoy son sus devotos y explotan su recuerdo.
Pero a pesar de que sus negocios marchaban bien y a la hora del champagne, en las cenas de los contratistas, le hacía confesar el médico que llevaba reunidos más de cuarenta mil duros, recordaba los pasados tiempos, aquella primera época de las minas, cuando él y don Luis eran recién llegados y cada cual vivía a su gusto sin obispos ni autoridades de ninguna clase.
A espaldas del Sacramento se agrupaban las autoridades, y el batallón de los cadetes cerraba la marcha, fusil al brazo, al aire las rapadas cabezas, meciéndose al compás de la marcha.
Y las autoridades e invitados abandonaron sus asientos del altar mayor para correr en demanda de noticias al palacio arzobispal.
Las cosas de Diógenes iban llegando a un extremo, que si hubiera en Madrid autoridades, si hubiera en España un Gobierno, se castigaría lo menos, lo menos con cadena perpetua ¡Oh! ¡Lo del día anterior merecía por primera providencia que le cortasen la mano derecha! ¡Burlarse de ese modo de todas las señoras de Madrid, congregadas para un asunto piadoso! Poner en evidencia, en ridículo, en berlina, a tres a dos personas respetables, porque el tal Pulidete era un , un cursi, un cualquier cosa, que se lo tenía todo muy bien merecido Mentira parecíale que Pepe Butrón, un hombre de tanto talento, se hubiese semejante, y sin duda fue el Pulidete quien le dio el mal consejo.
Y a renglón seguido, sin transición ninguna, Currita se enterneció profundamente al pensar en el gozo inmenso que la esperaba en Roma, besando la sandalia del Santísimo Padre Pío IX ¡Qué figura tan gigantesca la del Pontífice! ¡Qué anciano aquel tan venerable! Y todas las señoras comenzaron a ponderar su adhesión al santo Pío IX, prontas a sacrificarle vida, hacienda, todo, todo menos el alma, por tenerla ya de antiguo comprometida con el diablo Carmen Tagle dijo que le había mirado siempre como si fuese su abuelo, la señora de López Moreno añadió muy conmovida que ella le enviaba todos los años una pipa de doce arrobas del riquísimo moscatel de sus soleras jerezanas, y la duquesa, verdaderamente indignada, trajo a la memoria los atropellos a que cinco días antes se habían entregado las turbas, apedreando los faroles de la iluminación con que celebraban los católicos el aniversario del Pontificado del augusto anciano, sólo en el palacio de Medinaceli rompieron veintidós faroles y treinta y siete cristales ¡Y mientras tanto, los ministros y las autoridades se solazaban en un concierto instrumental celebrado en Palacio! ¡Qué Gobierno aquel, y qué populacho tan impío y tan asqueroso! Siquiera ellas veneraban la persona del Pontífice encendiendo faroles en honra suya, y limitábanse tan sólo a apedrear a todas horas la moral divina del Dios a quien aquel representaba.
Si hacía obras de caridad hasta donde sus cortos medios lo consentían, era tan sin estruendo, que nadie se enteraba, si, movido a ello por compasión o porque lo juzgaba absolutamente necesario, daba algún consejo, le daba con tal llaneza y con tan pocos textos y autoridades, que nadie hacía caso, y aun había quien supusiese que no sabía aconsejar por lo fino, acostumbrado a vivir entre los salvajes allá en las Indias.
Era un desfile brillante de autoridades y uniformes, que admiraba a los papanatas, grupos de chicuelos y mujeres se agolpaban ante los Eccehomos que se exhibían en las calles sobre un pedestal: imágenes manchadas con brochazos de sangriento bermellón, la corona de espinas sobre las lacias y polvorientas melenas que agitaba el viento, una caña entre las manos y a los pies una bandeja con céntimos y un viejo pedigüeño.
—Costaba una peseta al mes a los pudientes y dos reales a los pobres recibir el pan intelectual, en forma de palmetazos, de manos del , a quien las Autoridades y otras personas circunspectas solían denominar.
Muchos creen que el ser liberal consiste en pegar gritos, insultar a los curas, no trabajar, pedir aboliciones y decir que mueran las autoridades.
Donde quiera que hay hombres, hay autoridad, y estas autoridades de café, definiendo a veces, a veces profetizando y siempre influyendo, por la sensatez aparente de sus juicios, sobre la vulgar multitud, constituyen una especie de opinión, que suele traslucirse a la prensa, allí donde no existe otra de mejor ley.
Citaré autoridades, todas las que se me pidan: ¿a que no me citas tú ni media docena? A ver.
Las autoridades procuraban tranquilizarlo, diciéndole que ellas no consentirian ningun atropello.
Y las autoridades y las demas gentes retiráronse de él con frialdad, en vista de que nada les respondia, yendo el Alcalde a consultar el caso con el jefe de su partido, o sea con D.
Esta y su madre contenian a Antonio, miéntras que las Autoridades, los Prebendados, el señor de Mirabel y otras muchas personas de viso le decian que Manuel estaba en su derecho, que la peticion era legal, que sólo podia rechazarse haciendo otra oferta mayor, pero que sería temeridad intentarlo, cuando aquel hombre poseia millones y estaba medio loco.
Mis probabilidades de éxito consisten en que las autoridades recientemente puestas por el jefe militar son todas amigas.

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