Ejemplos con atengo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sus principales ríos son el río Lerma, el río de San Juan de los Lagos, el río San Miguel, el río Bolaños, el río Atengo, el río Ameca y el río Cuitzmala.
Yo, mero historiador, a los hechos me atengo, y ésos voy a referirle.
Y aunque esto de que le llamen a uno adulador es un poco fuerte, al consejo me atengo, ya que a la Argentina voy.
Si quieren solutamente socorrerme por que me quitan a mi piojín de mi arma, me atengo al honorario.
Yo me atengo al refrán que dice , y ya que me fugo de París y de Madrid, no quiero ciudad de provincia, sino aldea.
Si de la idea de metal, abstraigo lo que le constituye metal, y me atengo únicamente a lo que le constituye , he borrado otro límite, y la idea es mas general todavía.
Pero si prescindo de ese , si me atengo a la extension en sí misma, entonces la idea de figura se desvanece, la extension se dilata indefinidamente, me es imposible señalarle ningun término, porque todo límite me daria una extension determinada, una extension particular, nó la extension en sí misma.
Muy bien lo pinta y facilita vuestra merced dijo Sancho, pero del dicho al hecho hay gran trecho, y yo me atengo al renegado, que me parece muy hombre de bien y de muy buenas entrañas.
Mas que la diga vuestra excelencia dijo Rodríguez, que Dios sabe la verdad de todo, y buenas o malas, barbadas o lampiñas que seamos las dueñas, también nos parió nuestra madre como a las otras mujeres, y, pues Dios nos echó en el mundo, Él sabe para qué, y a su misericordia me atengo, y no a las barbas de nadie.
Así que vuelvo a decir que a Camacho me atengo, de cuyas ollas son abundantes espumas gansos y gallinas, liebres y conejos, y de las de Basilio serán, si viene a mano, y aunque no venga sino al pie, aguachirle.
A las crías me atengo respondió Sancho, porque de ser buenos los despojos de la primera aventura no está muy cierto.
Eso pido, y barras derechas dijo Sancho, a eso me atengo, porque todo, al pie de la letra, ha de suceder por vuestra merced, llamándose el Caballero de la Triste Figura.
Yo me atengo a lo hecho y lo dicho, pero no puedo volver por allí.
—Gran cosa —dijo Critilo—: a esa parte me atengo.
me atengo, ésta es la ciencia de los príncipes, y así ella es la princesa de las ciencias.
—Yo me atengo a la primera, como más provechosa, y quédese el aplauso para la.
Así cuentan esta historia los griegos colonos del Ponto, pero corre otra a la que mejor me atengo, y es la siguiente.
Claro: como que me atengo a mi pobreza, sin soñar en meter la mano en los caudales del vecino pudiente, para darme un lustre que se me cae de encima.
Yo, mero historiador, a los hechos me atengo, y ésos voy a referirle.
A ello me atengo, porque ese es mi deber.
Pero decía un médico viejo, a quien yo conocí, que de todas las calabazas del mundo no sacaría el mejor químico un adarme de substancia, y a esto me atengo.
puede suceder, porque motivos hay, y a eso me atengo.
Y a las pruebas me atengo.
Entretanto, como la cosa es difícil de encontrar en Francia, y vuestro abate no estará dispuesto a hacer por mí un viaje a París, me atengo a los antiespasmódicos del señor Blanche, y las gotas de Hoffman desempeñan un gran papel en mi organismo.
-Pues yo -dijo el ex-alcalde- a la justicia me atengo.
Cierto es que, con tamañas atrocidades, dicen que ha ganado y gana todos los días mucho la ciencia, pero también es verdad que la vida humana sigue tan achacosa y breve como antes, y a esto me atengo.
Si el ''realismo'' y la ''ciega fe'' de los mismos son para los libres ciudadanos de hoy, como ellos dicen y a ello me atengo, ignominioso sambenito, huyan a cien leguas de mis sillares, que tumba son y no otra cosa, de huesos ''realistas'', de leales ''vasallos'' y de ciegos ''creyentes''.
Ésta valdrá lo que quieras, pero a mi lugar me atengo, en él estoy como el pez en el agua, y a mi lugar me vuelvo.
Yo, como sé que todas esas quimeras que a uno le cuentan son bobadas, porque me llamo Niporesas, y conozco mi patria y mis batuecos como mi casa y mis hijos, a mis empleos me atengo, la semilla ha de caer en buena tierra, y si no, no echarla.

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