Ejemplos con alegraban

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Maravillosos espectáculos alegraban nuestra vista.
El nombre del el Pitillal se debe a que en los tiempos de su fundación existía en este lugar otate ras, carrizales y bambúes de los cuales se servían los indios para hacer pitillos o flautines, instrumentos musicales con los que alegraban sus fiestas.
Pero ocurrió que la mayoría de los pueblos se alegraban al contemplar la desgracia de los aztecas, sus tradicionales enemigos.
Y se alegraban por Ferragut, con el mismo desinterés que su primer oficial, acordándose de los malos negocios de antes.
Las cornetas de los alegraban al capitán como el anuncio de una entrada triunfal.
Estas noticias que le alegraban venían de un mundo que sólo estaba a cien kilómetros en línea recta, pero tan lejano ¡tan lejano!.
Rara vez sonaba en aquellos barrios el importuno voceo de papeles públicos por ciegos roncos o chillonas mujeres, las patadas y el relinchar de caballerías alegraban los espacios, todo era distinto del Madrid céntrico, donde el clásico rostro de España se desconoce a sí mismo por obra de los afeites que se pone, y de las muecas que hace para imitar la fisonomía de poblaciones extranjeras.
Las palabras de los jóvenes, aquellos desahogos de un amor tranquilo, le alegraban, y su fantasía poblaba de imágenes las muertas retinas.
Don Basilio era de los que sinceramente se alegraban del que había tenido Juan Pablo.
Primero se sorprendieron en masa, después parecía que se alegraban, por fin determináronse los sentimientos de recelo y suspicacia.
A trozos, el paisaje azuleaba con la plateada hoja de los olivos, más allá las viñas lo alegraban con la verde gala del pámpano.
Todos se entristecieron, si no fué Ricaredo que se alegró, no por el daño de su general, sino por ver que quedaba él libre para mandar en los dos navíos, que así fué la órden de la reina, que faltando el general, lo fuese Ricaredo, el cual con presteza se pasó a la capitana, donde halló que unos lloraban por el general muerto, y otros se alegraban con el vivo: finalmente los unos y los otros le dieron luego la obediencia, y le aclamaron por su general con breves ceremonias, no dando lugar a otra cosa dos de los tres navíos que habian descubierto, los cuales desviándose del grande, a las dos naves se venian.
Pero todos los que se alegraban de verles metidos en aquel trance, iban a porfía a ver quién sería el primero que apresase una galera ática, esperando ser por ello del rey galardonados, pues entre las tropas del enemigo era mucha la fama y reputación de los atenienses.
Diríase que los caballos se alegraban de huir del mar, o que pronto reconocieron aquella rambla, cuyas aguas habían bebido tres días antes.
Cuando nosotros pasamos por allí, algunos perales en flor alegraban con su juventud aquellas melancólicas ruinas, despojadas por el tiempo hasta de historia.
Pero ostensiblemente pocos se alegraban de lo ocurrido.
Por eso fui creciendo entre las simpatías de todos mis tíos, que me querían muchísimo y se alegraban mirándome.
Las aves no le alegraban con sus trinos y gorjeos como hacían en otros lugares del mismo bosque.
Alimentaban a sus hijos, alegraban su cautividad con gorjeos, o aferrándose a los barrotes, batían contra ellos sus alas y mordían con sus picos el mimbre.
Érase vez y vez un pescador muy pobre, que vivía en una chocita en la orilla de un río, muy claro, muy manso, aunque profundo, el que huyendo del sol y la bulla, se entraba por entre árboles, zarzas y cañaverales a escuchar a los pajaritos que le alegraban con sus cantos.
Se alegraban de dejarlos en mis manos más que si de ellas sacaran el más precioso saqueo de una plaza sitiada muchos meses, y todo esto no obstante.

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